Dos años tuvieron que pasar para que podamos vivir el clásico sureño. Un período que, realmente, fue eterno. Y ahora, luego de tanto esperar, se volvieron a ver las caras, a cruzarse esas camisetas granates con las verdes y blancas. Ahora, bajo un cielo que se venía abajo que poco importó para los hinchas locales.

No era una fecha más, era la más especial. Una jornada que podría valorarse como un trofeo. Hoy, le tocó a Lanús. Desde su casa y burlando al rival recién ascendido, no tenía mejor resultado que la victoria.

El primer tiempo fue parejo, con llegadas para ambos lados y con muy pocas oportunidades netas de gol. Bertolo tuvo la más clara con un disparo cruzado que se fue a centímetros del palo izquierdo de Marchesín. La respuesta granate vino con un centro bajo por la banda derecha que conectó Araujo, aunque no pudo encontrar ningún pie que empuje la pelota a la red.

En el complemento, la cosa cambió: Lanús fue claramente superior, buscó más el gol que llegó tempranamente. Prácticamente desde los vestuarios, Braghieri remata fortísimo desde afuera del área y, con mucha suerte, Lautaro Acosta engancha el balón para llevárselo cara a cara con el arquero, cediéndole el gol a Silvio Romero para abrir el clásico.

A los 15 minutos, Banfield intentó igualar el marcador con un disparo desde la izquierda de Salcedo que respondió con muchísima clase el arquero Marchesín. Acto seguido, el local fue en búsqueda del segundo, el goleador Romero se pierde una chance insólita para extender la brecha.

Después, casi todo muy parecido a la primera mitad. Pocas llegadas, pero divididas y sin ocasiones importantes de marcar. 

Los últimos cinco minutos sí se vivieron como un verdadero clásico: bien picante y dejando todo. Con Banfield buscando desesperadamente el empate, yendo a trabar sin importar nada. Y hasta con dos expulsados. Primero, Yeri, que vio la roja cuando iba a patear un córner y se topó con un alcanzapelotas al que no trató de buena manera. El segundo, a nada de terminar el partido, Tagliafico, que sintió la presión del encuentro y fue a barrer al que se le cruzara.

Con once jugadores frente a nueve del Taladro, el Granate se terminó quedando con el clásico sureño después de dos años y, para agregarle más alegría, se trepa en la punta con 13 unidades.