Boca y Rosario Central jugaban el partido de vuelta de la Copa Sudamericana para ver quién seguía en dicha competencia. Habían empatado 1 a 1 en Rosario y este resultado favorecía al xeneize, que con el gol de visitante sacaba ventaja y obligaba a Central a salir a buscar el partido en la Bombonera. El local intentaría jugar con la tranquilidad que le daba ese gol de visitante y manejar la pelota, haciéndola circular para buscar espacios también aprovechando la necesidad del rival, y la visita sabía que tenía que ganar si quería seguir en la copa. Pero se le hizo todo cuesta arriba, porque los dirigidos por Russo se encontraron con un Boca perfecto.

En el primer tiempo hubo un solo equipo en la cancha, el local, que dóminó, controló y manejó todas las acciones mientras la visita esperaba de contra. Boca parecía un equipo de futsal o de papi fútbol, ya que tocaba la pelota, se desmarcaba buscaba llevar peligro al área de Caranta, que por ese momento, tenía que estar más atento que nunca.

La defensa y el mediocampo de Central estaban pegados, las líneas juntas y esto hacía que Boca busque espacios tocando la pelota de un lado a otro, con Calleri jugando de pívot y con Chávez y Carrizo yendo por las bandas. Pero por el medio vino el gol. A los 19´, Calleri hizo lo de siempre: pivoteó, recibió de espaldas al arco y de pecho le bajo la pelota a Chávez para que el ex Banfield, con un potente tiro, rompa el marcador, Boca se ponía 1 a 0 arriba y ahora los rosarinos tendrían que salir a buscar el partido. Sumado al gol llegó la expulsión por dos faltas inocentes de Acevedo, que dejó a su equipo con 10 y además dejó a su técnico con más dudas que certezas. En Boca el gol no cambió el juego, sino que siguió tocando y buscando espacios. Sin tanta claridad manejaba la pelota y los tiempos a placer. El primer tiempo sólo lo jugó Boca, mientras que Rosario Central lo sufrió bastante y ahora en el segundo tiempo tenía que cambiar la cara y salir a buscar el partido.

En el complemento, el comienzo tuvo algo parecido a lo del primero, Boca dominaba y Central esperaba, pero con el pasar de los minutos el canalla se paró un poco mejor, iba de contra y lo atacaba al local, que movía la pelota con buen juego. En los errores de los dirigidos por Arruabarrena, la visita intentaba salir rápido de contra donde generó algunas chances pero ninguna clara. El xeneize sabía que si pisaba el acelerador le convertía nuevamente un gol a Central y fue lo que hizo: un centro de Gago, que más que centro fue un pase a la cabeza de Chávez que había tenido una en el comienzo del segundo tiempo pero falló. Esta vez no lo hizo, metió un frentazo cambiando de palo la pelota y gol de Boca, segundo de Chávez, segundo de Boca que ya sentenciaba el partido.El resto del partido se basó en ovaciones para Meli que salió. Lo mismo para Calleri y Carrizo que fueron los reemplazados. El equipo jugó buen fútbol y muestra una notable mejoría. La gente deliró al grito de ¡Ole!, ¡Ole!, como hacía tiempo no se escuchaba en la Bombonera.

La obsesión de Boca, que es jugar la Libertadores 2015, con este juego es más que posible. Para cerrar el partido, Fuenzalida, con un gran pase de Gago, punteó la pelota y puso el 3-0 debutando en la red con la camiseta de Boca. Todo cerrado y Boca espera por Caracas o Copiacá para ver a quién enfrenta en la próxima ronda. Con un Gago diferente, con un Meli prolijo y de sacrificio, con Erbes de marca y trabajo, por nombrar algunos de los jugadores que estuvieron en un nivel alto, pero hoy la figura de Boca fue el sacrificio, el trabajo en equipo y la paciencia que nunca se acabo. El xeneize cambió su cara y ahora espera seguir así, de esta manera, como es casi costumbre, se postula como firme candidato a pelear por la copa. Veremos qué pasa si sigue avanzando, pero algo quedo claro hoy: esta noche, Boca fue prácticamente perfecto, en el primer tiempo mejor que en el segundo, pero de una vez por todas parece que el xeneize encontró una identidad de juego.