La Copa Sudamericana siempre tiene un condimento que le agrega algo especial. Quizá, cuando toca algún rival de otro país, no se conoce del todo cómo juegan. Es una caja de pandora que sólo se resuelve en la disputa del partido de ida, aunque, para la vuelta, cualquiera de los dos pueda cambiar su estrategia.

Es por eso que lo planteado por Arruabarrena el pasado jueves en la victoria por 1 a 0 ante Cerro Porteño, tuvo sus tips claves que lo llevaron a adelantarse en el resultado parcial para facilitar el acceso a la siguiente ronda. Repasemos punto por punto lo mejor que ofreció el equipo del Vasco:

  • Andrés Cubas. El juvenil xeneize debutó internacionalmente en el pasado encuentro y de la mejor manera. Retrocedía constantemente desde la mitad del campo para evitar el avance de los paraguayos. Recuperar el balón e iniciar un nuevo ataque fue su punto más fuerte. Se complementó a la perfección con Fernando Gago en el doble cinco.

  • La defensa. La dupla de centrales integrada por Forlín y el Chiqui Pérez fue un muro de contención para el Ciclón. Apenas un par de llegadas (aunque sin mucho peligro) que no preocuparon al arquero Orión.

  • Los laterales. Nicolás Colazzo, por izquierda, y el chileno José Fuenzalida, por derecha, fueron el punto de desequilibrio del Xeneize. Subieron constantemente al ataque como un par de delanteros más. Aunque el ex Colo-Colo salió sustituido, en una gran estrategia del Vasco, por el Burrito Martínez, aprovechó al máximo el tiempo que estuvo en cancha. Mientras que Forlín, fue clave en el único gol del encuentro, dándole la asistencia a Gigliotti para que defina.

  • César Meli. Fue quien más chances tuvo de convertir. Intentó con varios disparos desde afuera del área que, por los defensas, el arquero o mala puntería, terminaron afuera. Se arrimó demasiado al ataque y, como si fuese un enganche, entrelazó las dos líneas ofensivas.

  • Los cambios de Arruabarrena. El DT de Boca tuvo responsabilidad táctica en el resultado. En el primer reemplazo, al ver un equipo sin mucha movilidad ni profunidad, sacó a Fuenzalida (de buen partido) y dispuso a Juan Manuel Martínez para enviar a Insúa al lateral derecha, tras haberse posicionado en el mediocampo. En el segundo, metió en cancha al delantero Emmanuel Gigliotti a falta de 18 minutos: terminó dándole el gol de la victoria.

  • La paciencia. Pese a no poder convertir hasta en la recta final del encuentro, Boca nunca se desesperó ni arriba ni abajo. Chávez fue el único que intentó varias veces de manera apurada, pero se controló a comparación de otros encuentros. Abajo tampoco se mostraron impacientes y mantuvieron una adecuada participación durante los 90 minutos.
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Sobre el autor
Lucas Barreña
Periodista. Desde Buenos Aires, redacto en Vavel para Argentina y Latinoamérica. 19 años.