Diez años después del último enfrentamiento en un torneo continental, Boca Juniors y River Plate, con ideas diferentes de juego, jugarán una serie de semifinales en la que buscarán un objetivo: eliminar al rival de toda la vida y clasificar a la final de la Copa Sudamericana.

Los dirigidos por Rodolfo Arruabarrena tienen una identidad marcada por la presión en campo rival e intensidad al momento de recuperar la pelota, buscando así, iniciar las jugadas de riesgo más cerca del arco contrario.

El equipo de Marcelo Gallardo, por su parte, llega con una idea de juego en la que predomina la tenencia de la pelota, el buen toque y la velocidad en los pases a la hora de atacar. Asimismo, una rapidez para replegarse al defender y no sufrir sorpresas.

Una llave en la que se juega más que una semifinal, en la que se divide una ciudad, un país y hasta un continente. Dos partidos en los que se definirá el color que tendrá Argentina en las fiestas de fin de año.

¿ Será azul y oro o rojo y blanco?

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