Ésta época no es solo de trabajos de fuerza y exigencia física para llegar de la mejor manera a lo que viene. Estas semanas viene recargada de varios amistosos para que los jugadores tomen ritmo con el balón en sus pies y no desacostumbren su fisonomía. 

En este caso los de Arruabarrena se medirán ante los dirigidos por Gustavo Quinteros en un partido que será a puertas cerradas y en el mismo lugar dónde Boca lleva adelante los trabajos de preparación previa, ya que Emelec aterrizó ayer en Buenos Aires, por que realizará trabajos de pretemporada, ritual que hace viene haciendo ya hace tres años.

Así el Xeneize disputará este cotejo con una sensación distinta, debido que este partido forma parte de la antesala al plato fuerte: el partido de desempate con Vélez que tendrá lugar el 28 de enero y determinará quien ingresará al grupo cuatro de la Copa Libertadores y quien queda afuera o en el caso de Boca juegue la fase previa (repechaje) ante Independiente del Valle.

Pero este encuentro tiene un agravante especial, ya que Emelec ya forma parte del grupo 4 de la Libertadores, y en caso de que los de La Ribera ganen su partido de desempate, se sumarán al bombo cuatro y ya esta vez se verán las caras ante los ecuatorianos por los 'porotos'.

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