El mundo River, tras la conqusita de la Copa Sudamericana, arrancaba 2015 con el ánimo por las nubes, no solo por el excelente 2014, sino por el regreso estelar de un hijo de la casa, quien es ídolo de Lionel Messi: Pablo César Aimar, tras su paso por Johor de Malasia.

El cordobés se sumó a la pretemporada y trabajó duro para estar entre los planes de Marcelo Gallardo, pero tuvo que ser operado de nuevo en su tobillo derecho, pero contra todos los pronósticos volvió al verde césped y pudo jugar dos partidos antes del receso por Copa América: ante Rosario Central por el torneo y ante Liniers, por Copa Argentina (ambos triunfos 2-0).

Aimar estuvo incluso en la presentación de los refuerzos, posando la Banda roja versión 2015, y si bien no estuvo entrenando diferenciado, el cuerpo técnico prefirió marginarlo para que se pusiera a punto, al cien por cien. Pero el Payaso no cumplió con las epectativas, el Muñeco lo borró de la lista de buena fe para la parte final de la Copa Libertadores, y el enganche no lo soportó y decidió comunicar su retiro de la actividad futbolística.

Después del partido contra Guaraní, el propio entrenador respondió sobre el caso de Pablito: "Hablé con Pablo previo a dar la lista definitiva de la Copa, en la cual nosotros teníamos la posibilidad de sumar cinco jugadores y teníamos seis. Dentro de esas posibilidades le comuniqué que a través de su estado físico en el cual no tenía participación en los partidos, fue una decisión que tomé. Él apreció la sinceridad y me comunicó que le hacía un favor, porque estaba sufriendo, más allá del esfuerzo".

"Pablo estaba sufriendo", dijo Gallardo

Además, Gallardo se sinceró y expresó, sin sentenciar nada definitivo y con la chance que el jugador resista un poco más: "Tenemos la ilusión de que siga estando con nosotros y participar dentro de sus posibilidades hasta fin de año. Los grandes merecen retirarse dentro de una cancha".

La vuelta de Javier Saviola, en parte influenciado por la presencia de Aimar en el plantel, despertaba la ilusión de volver a verlos juntos ne la cancha. Pero esa posibilidad se diluye día a día, con las limitaciones físicas del oriundo de Río Cuarto.

Los ciclos se agotan y Pablo, a sus 35 años, colgará los botines. Algo que se veía venir y con el equipo focalizado en grandes objetivos (Copa Libertadores y chance de ir al Mundial de Clubes), el cuerpo técnico prefirió no forzarlo a seguir porque no puede, pese a su voluntad.

Después de 89 partidos, 22 goles y 5 títulos en sus dos ciclos, Aimar se despide de River y el fútbol. Una noticia que empaña, en parte, el triunfazo ante Guaraní. Éste fue el mensaje para con sus compañeros:

Los mejores momentos del Payaso en el Millonario