El Millonario sigue atravesando el peor bajón futbolístico de la era de Marcelo Gallardo y hasta cuando demuestra algunos lapsos de buen fútbol, con juego asociado, toques, dominio de la pelota y buen criterio, recibe goles. Esto le pasó ante el Tiburón de Mar del Plata que, sin haber hecho grandes méritos. de un tiro de esquina llevó a Pablo Lugüercio de cabeza a hundir al Campeón de América a tan sólo 16 minutos de haber comenzado el encuentro. Aunque luego de sus insistentes llegadas, con más voluntad que claridad, el equipo logró rescatar un punto gracias al gol convertido por Rodrigo Mora y asistido por Tabaré Viudez.
Esos momentos de buen fútbol que tuvo el local fueron comandados por Lucho González, que cada vez se adueña más de un lugar en el mediocampo ya que sus actuaciones ponen en evidencia que es el jugador que tiene el manejo y la inteligencia que le hace falta a River cuando no puede crear situaciones de gol. El ex Huracán es imprescindible con sus pases frontales, entre líneas, cambios de frente y con sus llegadas de sorpresa al área. De hecho había estrellado un remate al palo, el cual Sebastián Driussi pudo conectar de rebote pero en posición adelantada. Además, hubo un claro penal no sancionado al volante que llegaba para definir tras el centro enviado por Mora.
De todas maneras, que Lucho y Leonardo Pisculichi, con quien mantiene una conexión importante que ante Aldosivi se vio en los primeros minutos más que nada, hayan salido a los 16 minutos del segundo tiempo, es un indicio de que el Muñeco percibió que la fórmula para volver a jugar vistosamente, como lo hizo su equipo en gran parte de sus encuentros dirigidos, es la de González y que seguramente haya sido resguardado, junto a Piscu, para estar de entrada ante Chapecoense este miércoles en el Monumental por los Cuartos de la Copa Sudamericana.