A la cancha no salió el Belgrano que venía disputando al certamen desde la primera fecha. No, no lo fue. Este Pirata mostró autoridad desde el pitido del árbitro, se lo vio con más confianza y solidez.

"El que pega primero, pega dos veces" se dice en el box. Esta frase fue una realidad efectiva en este encuentro. Desde que Velázquez rompió el score, se notó con claridad quien era el que tenía las riendas y administraba el partido a gusto y placer. Eso sí, después del centro de Estevanaux a la frente del volante goleador de Zielinski, hubo una carencia de oportunidades concretas de gol, pero Belgrano nunca se vió reducido por el rendimiento de su rival.

La primera parte no sólo le dió la ventaja paracial a Belgrano. También le dio un dolor de cabeza bastante importante. Llegando al Ecuador de la primera mitad, se lesionó un pilar clave de la institución. Guillermo Farré tuvo que salir y encendió la alarma de la enfermería. En su lugar, quedó el Perro Prediger.

Apenas comenzada la parte complementaria, el Celeste va en busca de estirar la diferencia. Quien encabezaba la gestión de la jugada fue otra vez Velázquez. Saca de la galera una definición por encima del guardameta Trípodi, y su remate queda sin efecto al dar el poste horizontal del arco de los bonaerenses, pero el mundialista Mario Bolatti la empuja bajo el arco y vuelve a embarazar el arco de Sarmineto para estirar la brecha.

A medida que pasaban los minutos, se notaba cada vez más el dominio de Belgrano en el juego. Para abrochar la tarde de buen funcionar, Gastón Álvarez Suárez embocó el tercero y el partido quedó más que sentenciado.

De más está decir, que el resultado fue justo. Ahora, el Pirata encarará la semana con otro sabor de boca.