Quilmes se acordó como ganar y lo hizo a lo grande: apabulló 3-0 (Ezequiel Rescaldani x2 y Matías Orihuela) a un San Lorenzo muy tibio que casi no generó peligro y logró sus primeros tres puntos en el torneo. Por su parte, el Ciclón, muy complicado en la Copa Libertadores y bastante lejos de la punta del torneo , ya acumula ocho partidos sin ganar.

   Los dirigidos por Alfredo Grelak, tras una semana bastante complicada en la que se conoció que el club está atrasado cuatro meses en el pago de sueldos a los jugadores, se encontraron con un rival perdido, sin respuestas, con varios errores en la última línea y cinco minutos determinantes que encadenaron el encuentro a su primera victoria del año. A los 16 minutos del primer tiempo, Rescaldani abrió la cuenta de penal, tras una clara mano de Ezequiel Cerutti. A los 9 minutos de la etapa complementaria, Orihuela aumentó la diferencia tras un fuerte cabezazo y cuatro minutos despues, llegó el tres a cero final tras un rebote capturado por el ex Velez que puso a Pablo Guede en la cuerda floja.

   Grelak, que hasta el momento había sumado cuatro puntos en seis partidos, quedó muy conforme con la actuación de sus dirigidos y aclaró que siempre se sintió apoyado por el grupo:"Hubo detalles que dan cuenta del respaldo, pero no los voy a contar ahora. Claro que eso no alcanza. En la locura del fútbol, los resultados determinan la continuidad de los entrenadores. Por eso teníamos la necesidad de ganar". 

   Mientras que el Cervecero obtuvo un respiro, el conjunto de Boedo continúa hundiéndose, cada vez más profundo. Con rendimientos individuales muy bajos, el planteo táctico ultra-ofensivo que propone Guede no genera buenos resultados y los hinchas comienzan a impacientarse. Un ejemplo de esto puede ser la aparición de El Polaco, líder de la barra brava de San Lorenzo desde que Sandokán se marchó, al término del partido pidiéndo explicaciones acerca de lo sucedido: "Si ustedes tienen problemas, hay que resolverlos. Pero en la Copa hay que pasar". Quilmes no deja de mirar los promedios de reojo, pero mientras tanto obtuvo un poco de paz y profundizó la crisis de San Lorenzo.

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