Guillermo Barros Schelotto, asumió como director técnico de Boca Juniors en un momento con muchos altibajos. El Xeneize si bien venía de un cierre excelente del 2015, donde se consagró campeón del Torneo de Primera División y la Copa Argentina en tres días, en la pretemporada 2016 no logró ganar ningún partido, fue realmente flojo para el gran plantel de La Ribera. Para complicar aún más la situación que atravesaba el equipo, que por ese entonces era dirigido por Rodolfo Arruabarrena, perdió la Supercopa Argentina, tras ser derrotado por San Lorenzo de Almagro 4–0, en Córdoba.

Aunque con la llegada del Mellizo no hubo muchos cambios en cuando a los resultados, en el ámbito local cosechó cuatro puntos en tres partidos: empate con River 0–0, triunfo frente a Unión de Santa Fe 2–1, y perdió con Lanús 2–0. Por Copa Libertadores en dos partidos logró dos puntos, tras empatar contra Racing 0–0 y con Bolívar 1–1.

Guillermo le queda mucho para trabajar con este plantel: replantearse la forma de parar el equipo, ya que está acostumbrado al 4–3–3   con dos por los costados y un nueve clásico. En este esquema no habría lugar para Carlos Tévez, ya que no es nueve fijo y tampoco acostumbra a jugar por los costados. Barros Schelotto  todavía no pudo traer jugadores acorde a su estilo de juego, seguramente lo hará en el próximo mercado de pases.

El DT necesita que los jugadores se adapten a su forma de juego, que cambien el ritmo, ya que es un técnico que exige mucho desgaste físico, velocidad y bastante presión. En los últimos entrenamientos hizo mucho hincapié en hacer pases seguros, que busquen la forma de jugar y no tirar centros sin dirección, que terminan en las manos del arquero.