En la taberna del Campeonato, el elenco de Sebastián Méndez quiere brindar con cerveza. Es que, este viernes dejará el vino cuyano de lado y viajará a Buenos Aires con la idea de atravesar una nueva final. Una más en esta carrera por mantener la cima de la Zona uno y obtener el pasaje a la ansiada final del certamen.

El escollo no será fácil, ninguno lo es. El Quilmes Atlético Club no será la excepción a la regla, pero Godoy Cruz se lo topará en frente y deberá demostrar realmente para que está. El juego será desde las 21:15 y bajo la (esperemos) atenta mirada de Jorge Baliño.

En el elenco que mañana será local, el presente es totalmente diferente al que atraviesa el equipo mendocino. Con casi cinco meses sin recibir ningún sueldo, los jugadores están en un estado de alerta y de manifestación permanente. El pasado miércoles no entrenaron y para el partido frente al Tomba no concentrarán. Es por esto que no se conoce el presumible once titular que pondría el entrenador Alfredo Grelak. “La situación es insostenible” declaró el técnico y cerró “Yo sólo cobré enero”.

En lo estrictamente deportivo, el Cervecero viene de empatar en dos tantos frente a Belgrano de Córdoba en condición de visitante, en un partido bastante animado aunque podía esperarse más. Quilmes tuvo bastante manejo de pelota y pasado el primer tiempo recién se vio un buen nivel en la segunda mitad.

Al momento de hablar de Godoy Cruz, debe rescatarse primeramente el buen estado anímico que tiene el plantel. Con la victoria frente a Arsenal en el bolsillo y un nivel de juego en su máximo esplendor alcanzado con el correr de las fechas, la mira ahora está puesta en el Cervecero pero quizás un poco más en Boedo. Es que, el próximo domingo San Lorenzo recibirá a River (eliminado de la Libertadores) y se especula con que el elenco de Gallardo le dé una manito al Tomba. Pero, por el momento el Expreso continúa dependiendo de si mismo y eso es una gran ventaja en este fútbol argentino.

En lo deportivo, las prácticas semanales del conjunto mendocino arrojaron que el Gallego sólo tiene un cambio: El regreso de Pol Fernández por el juvenil Henríquez (de buen desempeño en los últimos cotejos).

En fin, el estadio Centenario es una plaza difícil para quien lo pisa pero Godoy Cruz lleva su valija repleta de ilusión, transformada en buen pie, buen ritmo y sobre todo confianza que se traduce en resultados positivos.

Será la hora de hacer bien los deberes y poder disfrutar así, picada de por medio, de una recta final de campeonato para el infarto. ¿La cerveza? Corre por cuenta de Godoy Cruz

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