Emiliano Rigoni fue el mejor refuerzo para el semestre pasada. Tal es así que el cordobés terminó como goleador del equipo, y también participó en muchos otros a través de su pegada.

Con la llegada de Gabriel Milito, el atacante jugó la primer práctica de fútbol como interior por derecha. No obstante, las pruebas lo llevaron a la posición de extremo por izquierda. Al "Mariscal" le gustó y esa fue su nueva posición.

Al menos hasta ayer, cuando Milito sorprendió con el ingreso de Juan Sánchez Miño en esa posición. Rigoni pasó a jugar por la otra banda, lo cual no suponía un problema, teniendo en cuenta su buen manejo de ambos perfiles.

La posición de Sánchez Miño no convenció, pero sí la de Rigoni. El ex Belgrano fue lo más peligroso en una noche en la que faltaron ideas. Complicó mucho al lateral izquierdo, Rafael Delgado, que más de una vez debió cometerle infracción.

La intención es darle amplitud. Pegarlo a la raya para ensanchar el campo y que se abran espacio. Rigoni lo hizo bien, y además confió muchas veces en su velocidad para llegar hasta el fondo. Los centros no fueron buenos, pero la prueba inicial es buena, y más si se recuerda que lo que hace en una banda, puede hacerlo de igual manera en otra. El atacante es una complicación para los defensores: no saben si saldrá para su pie izquierdo o para la diestra.

No obstante, también hay cosas para corregir. Si es que Rigoni seguirá en esa posición -Leandro Fernández pide pista y Sanchez Miño no convenció- se deberá buscar la forma de que Damián Martínez pueda proyectarse más. El ex Aldosivi casi no tuvo intervenciones ofensivas, y fue por eso que Milito lo buscó, en comparación con Gustavo Toledo.

En definitiva, que Rigoni se muestre desequilibrante por cualquiera de las bandas, es una gran noticia. Habrá que trabajar para aceitar movimientos y ser más claros en los metros finales.

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