Tigre tuvo que batallar durante 27 años en el difícil fútbol del ascenso hasta su vuelta a la elite del fútbol argentino. Un premio que llegó y, a pesar de algunas malas campañas, el Matador lleva 10 temporadas consecutivas en la Primera División, su mejor racha. Pero para llegar a eso, hubo que conformar un equipo a la altura, primero con Ricardo Caruso Lombardi y luego, con Diego Cagna. Para eso, también, se necesitan jugadores y goleadores.

Hace una década, un delantero que tan sólo estuvo un año en Victoria, pero dejó su huella, es el protagonista de este artículo: Juan Pablo Pereyra. Quien estuvo durante la campaña de la B Nacional 2006/07, pero fue titular y muy importante, dado que en 27 partidos jugados, marcó siete tantos y fue clave en la campaña tigrense en ése año, al poder clasificar al Reducido (victorias a Chacarita y Platense) y más tarde a la Promoción (donde se condenó a Nueva Chicago).

El Oso, de una impresionante talla de 1,93 mts, formaba dupla de ataque junto a un ídolo, como Leandro Lázzaro. Su buen rendimiento lo llevó a estar dentro de los once para Cagna; sin embargo, antes de que arranque el Apertura ´07, el atacante decidió irse del club, rumbo a Nacional de Montevideo. Es así que su lugar lo ocupó Sebastián Ereros, y nunca más retornó al Matador.

Luego de su estadía por el Bolso, el zurdo jugó en Atlético Tucumán, Estudiantes de La Plata (campeón del Apertura 2010), Unión de Santa Fe, Ferro, Almirante Brown, Mitre (Santiago del Estero), Independiente Rivadavia y hoy por hoy, con 32 años, defiende la camiseta de Colegiales, en la Primera B Metropolitana.

Deambuló por varios equipos del fútbol argentino, entre Primera y ascenso. Un jugador de una buena calidad, pero que nunca logró una gran regularidad que lo sostuviera en un mismo lugar durante mucho tiempo. Así y todo, si Tigre está donde está, en parte, fue gracias a su valioso aporte en al red rival.

Gol de Pereyra a Platense en el Reducido 2007

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