La salida de Carlos Tevez dejó un hueco importante en Boca. No sólo en el ataque de los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto, si no también en el liderazgo dentro del grupo. Ese rol cayó en el jugador más reconocido que quedó en el plantel, y por lo menos adentro de la cancha está cumpliendo.
El ex volante del Real Madrid, figura en los últimos encuentros del 2016, está recuperando su nivel que parecía haber decaído un poco en los primeros amistosos. En el nuevo estadio de Guadalajara, se encargó de manejar los hilos del equipo con sus ya característicos pases verticales, que fueron la fuente de las situaciones de gol más claras que tuvo el conjunto argentino.
El broche de oro para su partido vino en el segundo tiempo, cuando tras un córner y algunos rebotes, le quedó la pelota al mediocampista subcampeón del Mundial 2014, quien levantó la pelota hacia la ubicación de Walter Bou. El delantero, solo en el punto de penal, solo tuvo que empujarla hacia el fondo de la red para adelantar a su equipo.
Sin embargo, después del rápido empate del local, Gago también dio el susto de la noche. Después de una dura patada de Pereira, quedó tendido tomándose el pie y trajo malos recuerdos de las lesiones que sufrió en los últimos años en su talón. Sin embargo, el golpe no pasó a mayores y pudo completar los 90 minutos. No sólo eso, si no que en la definición por penales fue uno de los que mejor ejecutó su disparó entre los integrantes del equipo que terminó cayendo.
Pintita es el eje de Boca. Por sus botines pasa lo mejor del fútbol azul y oro y, con más partidos como el de hoy, el público xeneize tiene con que ilusionarse de cara al 2017.