A Hugo Romeo Guerra los compañeros le decían Flaco, andaba cerca del metro noventa y su poder aéreo era una esperanza para cualquier equipo, sobre todo los que, como aquel de Carlos Salvador Bilardo, tenían problemas para elaborar juego.
El ex futbolista nacido en Canelones, Uruguay, logró quedar en la historia de los Superclásicos gracias a su "nucazo" en la agónica victoria por 3 a 2 de Boca ante River por la sexta fecha del Apertura 1996.
Fue muy corta la estadía de Hugo Romeo Guerra en Boca. Apenas 12 partidos oficiales, con 5 tantos convertidos, pero uno de ellos tuvo una repercusión acorde a la expectativa que genera el Superclásico. Y pese a que él se encargó de aclarar una y otra vez que cabeceó con el parietal y no con la nuca, el gol que en 1996 le dio la victoria a Boca sobre la hora pasó a la historia como “el nucazo de Guerra”.
El mencionado partido fue vibrante de principio a fin. El Xeneize comenzó ganando con un golazo de Roberto Pompei, mientras que el chileno Marcelo Salas lo empató para el equipo de Núñez. Luego, en el complemento, Gabriel Cedrés puso arriba a los de La Ribera y Juan Pablo Sorín igualó el encuentro, el cual parecía que iba a culminar en una paridad hasta que un centro al área en el último minuto terminó con esta recordada acción.
Desde la izquierda, Mauricio Pineda ejecutó un tiro libre en forma de centro y la pelota viajó directo hacia donde estaba Guerra. Prácticamente de espaldas al arco, el delantero se esforzó para conectar de cabeza y vencer al Mono Burgos. Fue con el parietal, según el goleador. Con la nuca, para el relato que “compró” el público.
Fue así como convirtió Hugo Romeo Guerra, quien salió disparado a descargar su felicidad. Se sentía como se hubiera sentido cualquiera en esa circunstancia... y por entonces ni imaginaba que casi 22 años después el nucazo seguiría siendo un capítulo especial del Superclásico.
Vale recordar que los comandados por Ramón Díaz llegaban a ese compromiso como campeones de la Copa Libertadores y contaban con futbolistas de la talla de Ariel Ortega, Enzo Francescoli y Marcelo Salas, quienes debido al gol quedaron en una sombra.