Dos ascensos a Primera División. Luchas en la tabla de arriba y en la de abajo. Momentos de alegrías y, otros, de incertidumbre. Participaciones en copas internacionales. Victorias contra los más grandes del país y del continente. Todo eso, y más, pasó Godoy Cruz y su gente en, casi, 16 años. Todo, fuera de su estadio; en el Malvinas Argentinas. Para ser exactos, pasaron quince años, nueve meses y veintiún días del último partido oficial jugado en el Feliciano Gambarte. En el medio, el recinto departamental recibió partidos especiales (“Juego de las Estrellas”), un Vendimia contra Gimnasia y Esgrima, encuentros de Liga Mendocina y Torneo de Reserva, jornadas de inferiores, del Campeonato Femenino y, colmado de hinchas bodegueros, el partido contra Rodeo del Medio por Copa Mendoza.

Volviendo a ese 18 de junio del 2005, Godoy Cruz recibió en el Gambarte a Tiro Federal de Rosario por la última fecha de la extinta Primera B Nacional. El encuentro terminó sin goles y el Expreso finalizó el Clausura de esa temporada en el puesto número doce. Con Juan Manuel Llop como director técnico, pasó a jugar como local en el estadio provincial. El resto, es historia. Algunos de los jugadores que puso en cancha el “Chocho” esa tarde llegaron a lo más alto con la camiseta bodeguera: el “Tanque” Daniel Giménez -participe inolvidable del ascenso a Primera en la final versus Chicago, con dos goles-, Darío “el Cato” Salomón, Daniel Garipe y Enzo Cappa (los tres estuvieron en el plantel del ascenso del 2007).

Otros, hicieron historia fuera de calle Mitre y de la provincia. Por caso, Diego Pozo, arquero querido en la institución tombina y actual entrenador del “Lobo” mendocino, fue figura en Colón de Santa Fe y fue, nada más y nada menos, al Mundial de Sudáfrica 2010 de la mano de Diego Maradona. Ni hablar de Enzo Pérez, quien sigue al más alto nivel en River, fue campeón de todo con Estudiantes de La Plata y subcampeón del mundo con la Selección Argentina en Brasil 2014, ambas con el “Profesor” Alejandro Sabella.

Por otro lado, el último triunfo en el ex "Nuevo Estadio" (pasó a su nombre actual en 1986) data de la fecha 10 de ese Torneo Clausura. Con goles de Matías Gigli, Maisterra e Iglesias, el Expreso derrotó a Atlético Rafaela tres a uno. ¿El último tanto? Por la fecha 14. Jossimar Mosquera marcó el único tanto en la derrota tres a uno contra San Martín de San Juan (Diario Los Andes).

Uno que se nombró líneas arriba fue Darío Salomón. Un hombre de la casa. El “Cato” hizo todas las inferiores en el Tomba, hasta llegar a Primera: “Godoy Cruz es mi vida, donde me formé como persona. Estuve 20 años”, dijo en una nota con Diario Uno el año pasado. Y siguió: “siempre fui hincha desde chico, ‘Nico’ Olmedo me llevaba a la cancha”, con el sentido de pertenencia a flor de piel, que tanto salió a la luz en la gente bodeguera por estos días.

Salió, por sus hinchas, quienes a pesar de saber que no van a poder estar en esos escalones, estuvieron día y noche pintando al Gambarte para el día de gala. Salió, después de infinitas discusiones sobre el porqué se dejó de lado tanto tiempo. Salió, por el eterno grito del barrio que quería volver a sonreír. Salió, por abuelos, padres, hijos, sobrinos y un árbol genealógico completo que transmitió de generación en generación el amor por su club y su estadio. Salió, quizás, en un momento de sensaciones encontradas porque, claro, es el año del centenario, pero también de golpes duros que cayeron sobre el pueblo bodeguero en estos meses. Pero, a pesar de todo, salió. Y se dio, después de años fuera de La Bodega, en un Malvinas con el que llegó a forjar una estrecha relación, pero que no es su hogar. Porque, como el barrio, “no habrá ninguno igual, no habrá ninguno”.