Tigre finalizó de buena manera el Torneo Transición, en el medio dos técnicos y un interinato, con bastantes puntos fuertes en el juego y la obtención de una plaza para jugar la próxima edición de la Copa Sudamericana.
El Torneo en si tiene un balance positivo por el logro conseguido al final del año, pero en un principio no era nada prometedor. Tigre cosechó 26 puntos y se ubicó en el séptimo lugar de la tabla, sobre San Lorenzo y por debajo de Estudiantes. A lo largo de todos los partidos convirtió 30 goles y recibió 26.
Fabián Alegre manejó al equipo por las primeras cinco fechas del torneo. El comienzo contra Vélez no fue bueno y por eso el Fortín se quedó con los tres puntos, después dejó los puntos en Bahía Blanca ante Olimpo. Cuando nadie tenía fe en el equipo apareció un rayo de esperanza, que duro poco, ante Racing en Victoria. El partido culminó 4-0 a favor del Matador. Luego vino otra serie de derrotas que hizo que Alegre se aleje de su puesto como DT.
En la sexta fecha ante River, Fabián Castro tomó las riendas del equipo como técnico interino para que después llegue Gustavo Alfaro. Con Lechuga al mando del equipo la esperanza retornó al José Dellagiovanna con una buena racha de victorias. El equipo cambio su forma de jugar y cada vez mejoraba más.
Tigre se clasificó nuevamente a la Copa Sudamericana después del empate de Boca ante Newell’s en la última fecha. De esta manera, volverá a disputar la Copa Sudamericana, el certamen en el que fue subcampeón en la edición 2012, cuando perdió ante el San Pablo en Brasil después de muchos incidentes que hicieron que los jugadores tomen la decisión de no salir al campo de juego a disputar los últimos 45 minutos del partido.
El Matador tuvo la suerte de contar con un jugador desequilibrante como Sebastián Rincón, que siempre que ingresó, tanto desde el arranque como desde el banco, se puso la parte de la ofensiva del equipo al hombro y creo infinidad de situaciones de peligro. Si el colombiano no hubiese sufrido la lesión en el tobillo derecho hubiera influido aún más en el equipo.
El equipo de Alfaro tuvo a un Chino Luna muy afilado, que logró marcar ocho goles (tres de penal) a lo largo de todo el torneo. Luna estuvo a tres goles de ser el goleador del torneo. Los jugadores que lo siguen en cantidad de tantos son: Sebastián Rincón con cuatro, Gabriel Peñalba con tres, Kevin Itabel con tres y Lucas Wilchez con tres.
En lo que respecta a tarjetas, el Matador pegó de lo lindo y consiguió 59 tarjetas amarillas y cuatro cartulinas Rojas. Sin duda el Fair Play no estuvo del lado de los de Victoria.
En conclusión fue un buen torneo para los hinchas del conjunto de Victoria, y todo indica que el que viene será aún mejor, con participaciones en Copas Internacionales. Si la comisión directiva y el cuerpo técnico logran que no se les desarme el plantel puede haber un Tigre competitivo como el de los primeros años desde su vuelta a Primera.