Este viernes Montecarlo se llenó de magia. Por los cuartos de final, cualquiera pagaba los boletos para ver el juego del mejor de todos en arcilla, el español Rafael Nadal, y quien posiblemente siga su legado, el austríaco Dominic Thiem. Pero la Furia liquidó el partido en menos que cante un gallo y fue así que el que fue a ver la sección de la tarde no pudo ver la de la noche. Y lo que se perdieron...

Es que en la tarde-noche de Mónaco se jugó el partido del día. El alemán Alexander Zverev y el francés Richard Gasquet dieron una cátedra de tenis a todos los presentes. Jugaron en un nivel de alto vuelo, donde hubo una batalla exquisita entre el sólido revés a dos manos del alemán y el sutil revés a una mano de Gasquet. Ambos dejaron todo en la arcilla del Court Rainer III. Así fue como desde la calurosa tarde de la primavera europea a la noche espléndida con una medialuna que iluminaba el Mar de Liguria, jugaron un partidazo.

El primero que dio el golpe fue el francés que jugó con la tensión de su rival logrando quebrar su saque. Un problema para Sasha que siempre juega al límite. Pero en el inicio, al alemán que en el día de hoy está cumpliendo sus 21 años de edad, le faltó profundidad. Así, el verdugo de Diego Schwartzman pudo contragolpearlo y mantenerlo siempre alerta, exigiendo al máximo al joven tenista.

Aún más se le complicó todo a Zverev cuando en el quinto juego después de salvar dos puntos de quiebre, perdió su servicio en el tercer punto y así el francés tomó una tremenda ventaja. Pero el niño prodigio nacido en la ciudad de Hamburgo encontró, tarde, la llave para salvar el set. Tarde pero seguro, ya que la misma le iba a servir para hacerse con el segundo. Tras perder el saque logró quebrar, jugando ángulos profundos sobre el revés de Gasquet y haciendo que el francés pegue en movimiento generándole complicaciones al jugador galo. En el segundo Zverev fue demoledor. Su nivel sobrepaso los límites. Estuvo iluminado y metió todo lo que tiró, fue durísimo con la devolución, no tuvo oposición del francés y fue así que se quedó con el set por 6-2.

El tercer set, fue un espectáculo para coronar la noche ya que no tuvo dueño durante el correr del mismo. Los dos jugaron al límite, pusieron todos sus golpes al servicio del tenis y por ello terminaron dando una clase de pelotas anguladas, de tiros paralelos, de buenas voleas y por sobre todo por como devolvieron los servicios. Para llegar a estar igualados en cinco los dos se quebraron tres veces cada uno, Gasquet era el más complicado porque jugaba cada vez más atrás y en el momento que intentaba acelerar la velocidad de la pelota, o tirar un drop, Sasha lo tiraba de nuevo para atrás con la potencia de sus tiros.

Con una espléndida actuación, Zverev logró ponerse 6-5 arriba. Con el saque de Gasquet, el partido iba a finalmente definirse. El último punto fue el mejor del partido, tras un potente saque del galo, Alexander respondió con un duro revés. Y así siguió la lucha, pelota tras pelota la tensión se fue acumulando en la cancha. Finalmente, un increíble revés paralelo del alemán dejó parado a Gasquet. En ese momento Zverev se desplomó en el piso: la pelota había entrado, había ganado el punto y su pase a semifinales.

Tras dos horas y cuarenta minutos de juego, Alexander Zverev derrotó a Richard Gasquet por 4-6, 6-2 y 7-5. Así, alcanzó su cuarta semifinal en ATP Master 1000 y la primera en El Principado. Por un lugar en la final, deberá batir a Kei Nishikori.