Cuando Monfils tiene ganas de jugar es un durísimo rival, cuando juega serio, metido dentro de la cancha y presiona con su primer servicio, es un peligro. Hoy lo padeció Diego Schwartzman quien además de venir cansado de los dos tremendo partidos que debió jugar previo a las semifinales, no pudo leerle el saque, no metió primeros servicios y eso ante un Gael preciso se hizo cuesta arriba.

La previa

La raqueta número dos de Argentina venía hasta hoy con un récord del 100% en la semifinal de este torneo belga de pista dura (bajo techo); en 2016 había vencido al máximo favorito, David Goffin, y en 2017 superó al debutante, Stefanos Tsitsipas. Sin embargo, el argentino perdió ambas finales ante rivales franceses: Richard Gasquet en 2016 y Jo-Wilfried Tsonga en 2017.

El ex número 6 del mundo, Gael Monfils, inició su temporada 2018 levantando el título en Doha, donde se benefició del retiro de Dominic Thiem en la semifinal. Sin embargo, perdió los siguientes dos partidos de semifinales a nivel del circuito ATP: ante Dominic Thiem en Buenos Aires y ante Adrian Mannarino en Antalya.

El registro de enfrentamientos directos entre ambos hasta hoy estaba empatado 1-1, pero este era su primer partido en una superficie que no sea arcilla. Aunque Diego Schwartzman poseía un excelente récord en Antwerp (9/2), Gael Monfils es mejor jugador en esta superficie y tenía todos los boletos para avanzar de ronda.

El Partido

Buen arranque de Gael, bien con el saque muy metido en la cancha, evitando que Schwartzman genere buenas devoluciones y quebrándole rápidamente al Peque, que sin primeros saques cedió su servicio.

Diego no comenzó fino, sin movimientos de piernas y para jugarle al serio de Monfils hay que estar certero. Ese fue el problema del mal arranque del argentino quien en menos de diez minutos estaba 0-3 abajo.

Recién en el cuarto juego, con su servicio Schwartzman logró dominar los puntos. Monfils se venía para delante y el argentino debía forzarse para jugar ángulos y mantener al jugador galo detrás de la línea de fondo. Por ello con dos buenas devoluciones cruzadas el argentino consiguió obtener su primer punto de quiebre, que gracias a un error no forzado del francés el Peque volvió a partido recuperando el quiebre.

Pero la fineza y la magia estuvieron nuevamente dispuestas al plato principal de Gael y con muy buenas paralelas, suelto y con intensidad, volvió a quebrar al argentino. Para luego cerrar el quiebre adelantándose por 5-2. Por ello tras ambos sostener el servicio el francés se quedó con el primer parcial.

En la segunda manga el argentino mejoró su primer saque, comenzó sacando bien, dándole rosca y eso permitió que en los primeros juegos el jugador europeo no lo complique con sus potentes devoluciones. Monfils continuaba “on fire” con su servicio, la justeza y potencia del primer saque no permitían que el Peque pueda volver a quebrarle el saque.

Y ese límite en el que jugaba Schwartzman lo volvió a padecer en el quinto juego, ya que dos errores no forzados y una gran devolución del francés llevaron a que Diego vuelva a ceder su servicio y el partido se le haga cada vez más cuesta arriba. Pero Gael siempre tiene un aporte a su rival y gracias a una doble falta le dio la oportunidad de quiebre al argentino, pero Diego que venía de dos durísimos partidos no pudo sostener dos intensos peloteos y eso favoreció al francés que sostuvo su servicio.

Desde ahí ambos mantuvieron su saque y eso le permitió a Monfils, al serio de Gael llegar a una nueva final de ATP. Hoy se lo notó serio metido en el partido, abstraído del público, sin show y eso hace que verlo jugar sea fantástico.