Antes de comenzar un partido de Roger todos saben con lo que se van a encontrar, lo único que puede variar es la certeza mágica que va a lograr. En cambio Fabio Fognini es una caja de sorpresas, buenas y malas, porque tiene todo para jugar bien al tenis, pero por momentos se boicotea solo y de pasar de ser un crack con la raqueta pasa a cometer errores increíbles.

Para ganarle a Federer hay que jugar bien, y si el suizo está en su mejor versión hay que jugar mucho mejor. Por ello en la primera parte del primer parcial el italiano cometió muchos errores, principalmente en sus juegos de saque, haciendo dos dobles faltas por juego y eso le dio la posibilidad al suizo de quebrar dos veces consecutivas para adelantarse por 4-1.

Tras perder dos veces su saque, el italiano cambió de actitud, generó tres muy buenas devoluciones, cambió la actitud dentro de la cancha y con tremendo revés se quedó con el saque de Federer. Desde el quiebre el italiano mejoró y Federer se convirtió por momentos en un jugador normal, por ello Fabio contó con dos puntos de quiebre, pero Roger con un buen saque y una gran aproximación a la red los desactivó, para luego cerrar el set.

En la segunda manga, en los primeros juegos ambos sostuvieron su saque, hasta que en el quinto juego Federer en la única oportunidad de quiebre que tuvo, forzó a su rival a cometer un error a Fognini, quien pegó sin mover las piernas un revés, dejando la pelota en la red y el saque en las manos del suizo.

Luego del quiebre el suizo hizo lo mejor que sabe hacer, administrar los puntos, mejoró su porcentaje de primeros servicios, jugó muy seguro y de esa manera fue letal ya que desde el quiebre dominó el juego y rápidamente se quedó con el set y el partido.

Federer jugó por momentos en gran nivel, se notó que ya estaba en ritmo tras jugar en Suiza y eso le permitió para vencer a un apático Fognini, quien salvo en parte del primer set, jugó en su peor versión.