A menos de 24 horas para el debut de Colombia en la cuadragésima cuarta edición de la Copa América, las expectativas siguen en alza en torno a una generación que ha llevado la reputación del fútbol cafetero a figurar en las principales ligas de Europa, a convertirse en proveedor mayoritario para el balompié internacional y, en definitiva, a codearse con la élite del deporte.

De Brasil 2014 a Chile 2015 puede no haber un gran recorrido, ya sea temporal o espacial, pero el devenir de la Selección ha sido el suficiente para asumir que hoy son diferentes los medios y las estrategias con las que José Néstor Pékerman planea salir a la conquista del continente. He aquí cinco de sus principales armas, a las cuales se adhieren la mentalidad ganadora y los sueños de gloria del plantel cafetero: 

1. El regreso de Falcao y de Edwin Valencia, dos de los pilares en cuyos rendimientos se cimentaron las mejores presentaciones de la Tricolor en las pasadas Eliminatorias Mundialistas. Radamel, el capitán y referente. Jugó su último partido en una competencia oficial para Colombia enfrentando a Chile y ahora, siendo un huésped más en el territorio austral, busca recuperar la insignia de comandante en su equipo, esa que otrora supo llevar en River Plate, Porto y Atlético de Madrid, pero que debió ceder en su última temporada, la del nulo respaldo directivo en el Manchester United. 

Edwin, entre tanto, regresó al grupo de trabajo de Pékerman tras superar la lesión en la rodilla derecha que borró de su agenda la cita mundialista; con la confianza renovada, eso sí, gracias a los 16 encuentros que disputó durante el año, diez de ellos como titular en el Campeonato Paulista conquistado por su club, el Santos. El sábado coincidieron de nuevo en una cancha, con motivo del duelo frente a Costa Rica, y la Selección no desentonó. Su presencia impulsa el salto de calidad que existe entre el participante y el favorito. Ambos garantizan generación de juego en sus posiciones.

2. La incertidumbre juega a favor de una zaga cafetera a la cual no nos cansamos de atribuirle inquietudes y complicaciones; de despreciar sus avances y sobredimensionar sus falencias. En las caras del cubo aparecen los hándicap de una defensa joven, diezmada por lesiones que se dieron próximas al torneo y, quizá, carente de experiencia para afrontar una competencia que congrega lo mejor del continente. Pese a ello, al examinar las aristas, la geometría del estratega argentino empieza a tener más sentido. 

Basta con revisar y comparar realidades, de hace 365 días y de ahora. A la Copa del Mundo llegaban Camilo Zúñiga sin ritmo por la lesión que lo tuvo cinco meses fuera del campo; Santiago Arias, su opción de reemplazo, no gozaba del crédito que hoy disfruta tanto en su club, el PSV Eindhoven, como en la Selección. De los centrales el de mayor actividad era Carlos Valdés, con 14 titularidades para San Lorenzo en su haber a lo largo del año. Cristian Zapata perdió su lugar en el once inicial del AC Milan tras lesionarse en el primer partido del 2014 y qué decir de Mario Alberto Yepes. ¿Acaso alguien pudo pronosticar el espléndido Mundial que iba a jugar nuestro ex capitán hace un año? Los debates que pusieron en duda su competitividad por edad y por estado físico invitan a creer que no; de allí que esa misma historia reciente propicie un cambio de actitud, donde la incertidumbre se reciba como un cómplice de la propuesta.

3. Darwin Andrade como alternativa a un laberinto que solo tenía una salida. Un nuevo botón de soporte técnico para el código que más imperfectos exhibía en el software de José Néstor: la zona defensiva izquierda. Ahora las limitaciones y la falta de ritmo de Pablo Armero cuentan con el auxilio de un jugador que es a su vez habilidoso y aplicado; que tiene la juventud y el apetito necesarios para sumarle competencia al puesto de menor oferta en la Tricolor, donde antes, en un sitio ideal, estaba Éder Álvarez Balanta para cumplir funciones distintas a las de su formación como zaguero.

4. El liderazgo de James Rodríguez, ingeniero jefe de la obra que edificó Carlo Ancelotti en su última temporada a cargo del Real Madrid. Nombrado Mejor volante ofensivo de la Liga BBVA 14-15, el cucuteño llega a la Copa América en un punto de lucidez irreversible, donde la pelota parece obedecer a todos sus caprichos. La autoridad que consiguió al taturse el norte en la brújula que guió a Colombia a los mejores ocho de Brasil 2014, sumada al crecimiento futbolístico adquirido en el entorno de unos compañeros, entrenadores y factores óptimos, hacen de la presente versión del '10' una mucho más completa y amenazante que la de hace un año.

5. Jackson Martínez y Carlos Bacca enchufados a la corriente que condujo sus carreras a un ritmo frenético. Los clubes top quieren contratarlos, los agentes de renombre quieren representarlos y los colombianos esperamos verlos validar las enormes actuaciones que mostraron en sus respectivos equipos. El chocoano sumó 34 goles a la causa de un Porto que accedió hasta las últimas instancias en la UEFA Champions League y que a su vez clasificó a la próxima edición, mientras el de Puerto Colombia coronó con un doblete en la final de UEFA Europa League una temporada de ensueño, en la cual marcó 32 tantos al servicio del Sevilla FC. Junto a Falcao y Teófilo Gutiérrez conforman una de las ofensivas más temibles del certamen y sostienen, además, las ilusiones de sus compatriotas, los otros 45 millones que ansian convertirse en Reyes de América.

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Sobre el autor
Esteban  Arango
Fútbol y tenis. Editor de la sección de Atlético Nacional. A veces tengo razón.