Anoche los dirigidos por Reinaldo Rueda volvieron a iluminar el continente con un auténtico recital de lectura y ejecución futbolística. Pero la clave para la victoria no solo estuvo en la ventaja del marcador, tácticamente Sao Paulo solo pudo reaccionar al inicio del primer tiempo con ahínco ante el orden 'verdolaga', luego, padeció cada vez que los visitantes lograron cohesionar y fluctuar con el balón en los pies.

Sao Paulo atacó respaldado por su localía

Una auténtica caldera fue el Morumbí anoche. | Foto: CONMEBOL
Una auténtica caldera fue el Morumbí anoche. | Foto: CONMEBOL

Aunque al inicio, el 'tricolor' respondió a la energía que representa jugar de local, con el apoyo y confianza que brinda el estadio a favor, vislumbrando ya la noche mágica que tendría el guardameta Franco Armani, también es cierto que pocas veces logró imponerse en el último cuarto de campo al orden de Atlético Nacional

Un par de remates de media distancia bastaron para que el argentino figurara una vez más como el salvador de su equipo, los locales intentaron por los costados penetrar la defensa,  pero el trabajo de fijación por parte de los extremos se notó durante toda la primera parte.

Fue un acierto total la lectura de Reinaldo Rueda para anclar sus laterales y sacrificar un poco el juego de los costados para ganar equilibrio y presión en el medio del campo. Sin embargo, Sao Paulo supo presionar la salida y fueron varias ocasiones en las que Alexander Mejía, figura excluyente en la etapa inicial, apagó incendios en el sector defensivo, mas por la imprecisión de compañeros que por virtud propia del local.

Con el pasar de los minutos, la intensidad paulista disminuyó, promediando la media hora de juego, Nacional encontró la llave para llevar peligro al arco 'tricolor', con Macnelly Torres enlazando y Miguel Boja pivoteando para la llegada de algún extremo en diagonal. Esos movimientos valieron para apaciguar la presión del local, quien se fue al entretiempo con varias llegadas acumuladas por el visitante.

En el segundo tiempo,  el libreto de Nacional no cambió mucho, supo seguir aguantando las arremetidas de Sao Paulo con Thiago Mendes y Michel Bastos a la delantera, sin la figura potencial de Jonathan Calleri, desconectado por el sistema defensivo 'verdolaga'.

Pero Nacional se envalentonó con la entrada del venezolano Alejandro Guerra por Andrés Ibargüen, ganando posesión y precisión en la circulación del juego  además de sumar un socio para Macnelly y Miguel Borja. 

El juego fue un antes y después de la expulsión de Maicon

Maicon, pilar de la defensa brasileña salió expulsado a los 73 minutos. | Foto: CONMEBOL
Maicon, pilar de la defensa brasileña salió expulsado a los 73 minutos. | Foto: CONMEBOL

El juego se equilibró, Nacional ahora era quien dominaba y Sao Paulo esperaba para aprovechar cualquier error en la entrega de los zagueros visitantes, pero la expulsión de Maicon a los 73 minutos tras agredir sin balón a Borja desnaturalizó el juego. Ahora, los paulistas cambiaban su esquema a un 5-3-1, con la premisa de no sufrir demasiado por el hombre de menos.

Los 'verdes' entendieron esto como la posibilidad esperada de ir por el resultado, el ingreso de Guerra hizo efecto en los demás jugadores, Marlos Moreno volvió a esa versión rutilante que a tantos enamoró en el continente y Macnelly por fin tenia espacios para buscar a Borja en el frente de ataque.

Por decantación, llegó el primer gol del partido

Miguel Borja anotó un 'doblete' en su debut con Atlético Nacional. | Foto: CONMEBOL
Miguel Borja anotó un 'doblete' en su debut con Atlético Nacional. | Foto: CONMEBOL

Tras una sucesión excelsa de pases, le brindaron el espacio para que Miguel Borja venciera la resistencia de Denis, abriendo el marcador del partido y respaldando la superioridad de Nacional en el segundo tiempo. 

A partir del gol, el juego no fue distinto al de un Nacional dominante y un Sao Paulo esperando no ser vencido de nuevo, pero la memoria futbolística de la fase de grupos le permitió a los visitantes realizar la circulación en busca de espacios, hasta encontrar en una pared entre Alejandro Guerra y Marlos Moreno, la asistencia de tacón por parte del último hacia Miguel Borja que sentenció el partido a falta de dos minutos para cumplir el tiempo reglamentario.

Final del partido y el júbilo de los 1500 seguidores verdolagas opacó a los 60500 fanáticos brasileños que se fueron en silencio luego de un pálido encuentro que reflejó el pobre nivel que Sao Paulo ha demostrado en el torneo local. 

Restan 90 minutos, ahora Nacional tendrá un Atanasio Girardot colmado de verde, ese color esperanza de retornar a una final tras 21 años de espera, y seguir altivo el sueño continental.