A una semana de haber ganado el título de campeón nacional juvenil de la categoría (sub-19), los canteranos de Atlético Nacional se vieron ante la opción de representar al club que les ha dado todo el crecimiento futbolístico y personal en una instancia que, de manera profesional, ninguno estaba acostumbrado. Sin embargo, quedan cosas más positivas que negativas para rescatar.

Entrando en materia, es menester reconocer que los de Nixon Perea nunca traicionaron el estilo de Atlético Nacional y ese es quizá su mayor merito porque la mayoría al verse en desventaja se habría defendido y jugado a un estilo que además de desperdiciar talento, va contra el sentir de jugadores e hinchada.

Santa Fe hizo lo suyo, tan simple y difícil como eso, ante un equipo que tenía la ilusión de ganarle por más complicado que fuese, aprovechó el nerviosismo de los primeros minutos, presionó en bloque y en la zona donde Nacional más confundido y superado se vio: el mediocampo. Con su expresión, jugando a su manera, el equipo 'cardenal' no pasó mayores apuros.

Los dirigidos por Gustavo Costas no escatimaron esfuerzos para liquidar el juego pronto, con un 3-5-1-1 presionaron desde el inicio con un bloque de cinco volantes y un delantero. Así crearon las opciones que terminaron con dos balones aéreos que bastaron para aprovechar la ingenuidad de los juveniles y ponerse arriba en el marcador con una diferencia considerable.

A partir de allí todo fue manejo, control de los arranques que Nacional tuvo al final del primer tiempo y comienzos de la etapa complementaria.

Los verdes quisieron, pero no pudieron. A pesar de ello, fueron contados los pelotazos para iniciar el juego o salir de la presión que Nacional efectuó, dentro del esquema que utiliza el primer equipo y que fue llevado por esta categoría durante todo el año siempre estuvo como premisa proteger el balón e intentar sumar combinaciones.

Fue allí donde Sebastián Támara y Juan Pablo 'El Indio' Ramírez se hicieron importantes para el 'verde', porque le dieron soltura al fútbol del equipo y con arrebatos de magia robaron aplausos de la tribuna que fue al Atanasio en pro de la ilusión que en ellos genera el proceso de divisiones inferiores en Nacional.

Pero fue inevitable que la inexperiencia jugara en contra, los errores, las coberturas fallidas, los cambios de ritmo que dejaron el equipo dividido y los centros que nunca encontraron destinatario terminaron desgastando el ánimo de hacer historia por parte de este grupo juvenil. Nacional se vio lento con el correr de los minutos, la posesión fue predecible y la finalización inexistente.

Finalmente, aparte de reconocer que Santa Fe hizo lo suyo ante un equipo netamente inferior, es de reconocer el trabajo que Atlético Nacional hace en sus fuerzas básicas. El mero hecho de que estos juveniles tengan impregnado el estilo del primer equipo ya los pone en ventaja sobre otros, porque van a crecer deportivamente y seguro en unos años mostraran los frutos del apoyo y esfuerzo mancomunado.