Alguna vez escuchando una charla del maestro Federico García Ucha, expresaba: “un psicólogo del deporte debe poseer, además de los conocimientos teóricos cuatro características: 1) Una salud mental óptima, 2) Capacidad de persuasión y comunicación, 3) empatía y 4) ser una persona auténtica y de cierta transparencia.

Y si es psicólogo de un equipo de fútbol todos los cuatro puntos anteriores los debe permear en toda la plantilla”. Mercedes Sosa evocando a Violeta Parra, cada vez que entonaba esta bella canción el único mensaje que nos dejaba era; HAY QUE SER AGRADECIDOS, y si continuo a esto interpretamos el aparte de la canción que la barra popular Los del Sur entona en la tribuna –brindo por vos Nacional- podemos decir: que en la vida hay que ser agradecidos y saber por qué se agradece, a quién se le agradece y quizás, porque no, saber por qué he de agradecer.

Usted quizás amigo lector, en algún momento de su vida se ha marcado propósitos, metas u objetivos, por ejemplo: “para el primer semestre del 2017, iré al gimnasio, me leeré 6 libros (uno por mes) y conseguiré ese ascenso laboral”. Ahora bien si el 31 de julio del 2017 usted logró estos tres objetivos, lo más seguro es que usted se sentirá orgulloso y querrá compartirlo con sus más allegados, es más podrá quizás realizar una reunión, sencilla, con aquellos que siempre estuvieron pendientes de estos tres propósitos y delante de ellos usted tomará la palabra y durante varias horas usted será el líder de esa tertulia, la cual no tiene otro objetivo sino que el de EXPONER SUS LOGROS ante aquellos que te rodearon y también ante aquellos que durante los seis meses impedían que de alguna u otra forma no lo lograras; ya sea por envidia, o porque alguno de ellos quizás querría algún logro de los tuyos (quizás el ascenso).

A esa fecha tus “trofeos” más que físicos, psíquicos son: Tu salud mental y corpórea, tu aumento en el nivel cultural y tu orgullo laboral, lo más seguro es que serás un agradecido con la vida durante este año, porque claro, te ha dado todo, todo lo que te propusiste y gracias a esos logros eres lo que eres en este año, mucho mejor y diferente que en años anteriores, pero ojo para el próximo año deberás estar a la altura de EN QUIEN TE HAS CONVERTIDO.

Ahora bien, todo este intro es para demostrar que tanto el fútbol como la vida tienen una psiquis y esta debe ser tratada con suma dedicación, pues la psicología en el fútbol, no da lugar al regateo es netamente explícita y Atlético Nacional de Medellín no es ajeno a esto ni mucho menos los miembros de la institución.

Atlético Nacional ha logrado paso a paso desde sus inicios estar estrechamente vinculado a las identidades: barriales, citadinas, departamentales y nacionales. Y de alguna manera ha logrado atravesar todos los sectores sociales, como reza algún estribillo futbolero: desde el cura hasta el ladrón. Todo esto Nacional debe resumirlo en un solo lugar: Su casaca VERDE Y BLANCA. Muchos dirán; es muy difícil, pues sí, pero Nacional década a década desde su nacimiento lo ha conseguido. Y al conseguirlo el paso a seguir es conseguir más, es llegar más allá, es estar a la altura de lo que eres año tras año.

El Nacional de hoy no es el mismo del año 1991 con 6 estrellas, ni tampoco el mismo del principio de milenio con 8 estrellas, es más el Nacional que inició el segundo semestre del 2015 no era el mismo del 2014 con 14 estrellas, muchos dirán: “claro si son otros jugadores”, pero es que aquí no hablo de jugadores, aquí me refiero es al psiquismo colectivo que crece año tras año en el plantel. Un plantel, que debe cada año tener un deseo más voraz de gloria que el año inmediatamente anterior. Que cuando el jugador del plantel de Atlético Nacional se mire en el espejo en las mañanas y se esté colocando la verde y blanca para ir a entrenar se diga: “¿quién era yo en el año 2010? ¿Qué había ganado tres años antes? ¿Quién había oído hablar de mi 4 o 5 años atrás?” y al darle respuesta a estas preguntas, debe sentirse orgulloso de brindar por todo lo que es hoy, por las copas que vivió y porque no susurrar para él: ohhh te debo todo lo que yo soy.

Pero como lo mencioné anteriormente este asunto de la psicología del futbol no da espacio para el regateo, pues torneo tras torneo llegan nuevos retos y nuevos jugadores, estos últimos al llegar a Nacional se les debe intervenir tres elementos que el psicólogo del equipo conoce bien:

1) Su nivel motivacional; que no sienta, que por haber llegado a Nacional ya todo está cumplido.

2) Incluir a este nuevo jugador al poder mental del equipo con el que va a entrenar.

3) Las tensiones debido a las nuevas y permanentes competencias que ha de enfrentar.

Todo lo anterior mencionado en estos 6 párrafos, Atlético Nacional lo resumió de manera quirúrgica y terapéutica, el 13 de diciembre del 2015 en el partido válido por las semifinales del torneo colombiano frente a su rival de patio. ¿Cómo?:

1. Al ser el anfitrión y dueño del “salón social” (Estadio Atanasio Girardot) por ese día, decide participar en todo lo correspondiente a la decoración del salón; permite logística para el tifo, asegura la entrada a tiempo de sus invitados y garantiza que todos se sientan bien atendidos, tanto los que llegan con tarjeta de invitación como los pocos que se colaron.

2. La música del lugar en su punto exacto, gracias a que los invitados se sentían bien atendidos estos entonaban las canciones a viva voz, todo gracias a la buena labor del anfitrión.

¿Pero qué hacer con los actores principales de la fiesta, tanto los locales como los visitantes? pues el departamento de psicología de Nacional en compañía de los directivos ya tenía esto solucionado; exhibir los propósitos logrados de los años anteriores. El 99% de los presentes ese día en el estadio expresó: “con eso le metemos presión al rival”, y yo por el contrario dije: “es más presión para Guerra, Chará, Marlos, Alcatráz, Vargas, Copete, Rueda y Redín”, pues era decirles (hacerles entender psíquicamente), miren donde juegan, miren a la institución a la que pertenecen ¿ESTÁN A LA ALTURA DE ESTO? Y retomando al maestro García Ucha, nuestro equipo Atlético Nacional, estuvo a la altura; cada trofeo dio 90 minutos de salud mental, generó una alta capacidad de

persuasión interna que se reflejó externamente ante el rival que te lo quería arrebatar, la comunicación fue asertiva los 90 minutos, nunca careció de empatía tanto en los que ya venían de años atrás como en los nuevos y por 90 minutos fueron unos profesionales auténticos y de cierta transparencia entregados a su profesión y sudando minuto a minuto cada peso de su sueldo.

No señores, para mí Nacional no le puso los trofeos a nadie en la cara, no, Nacional incrustó los trofeos en el ego, el yo y el súper yo de cada uno de los miembros de su plantel, les recordó cuál había sido el propósito de julio y el cual debía cumplirse en diciembre, cada copa y cada paso que dieron por el pasillo del honor los acercaba más a la gloria que algunos no tenían y a la que otros querían aumentar. Un aplauso grande para el cuerpo psicosocial de Atlético Nacional y para sus directivos quienes demuestran que conocen y saben de la psicología del jugador de fútbol y que saben que esto se resume en una frase de Marcelo Roffe el buen psicólogo deportivo: “ con la cabeza hecha pelota”.

Salud verdolagas, que copas hay para bridar.

Juan Esteban Palacio Ríos