El 2016 se va terminando, las horas se van descontando y la aparición de las luces y árboles navideños dejan un resultado por delante: el fin de una temporada para que en breve se ponga en marcha otra, y más en atletismo que en nada vuelve a las andadas. Como no podía ser de otra manera, cuando una campaña baja su telón se debe hacer un balance, y en VAVEL analizamos las luces y sombras que ha deparado la temporada, pero para Ruth hay más lo primero que lo segundo especialmente.

El comienzo de un año para la historia

Todas las miradas corrían en los europeos de Amsterdam. Beitia partía como gran favorita, tras un 2015 muy sobresaliente y con la mirada puesta en su preparación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Tras empezar la gran final con un salto de 1,84, la española superó a la primera 1,89 y a la segunda 1,93. Cuando más lo necesitaba Beitia sacó lo mejor de sí para franquear el 1,96, que le aseguró la medalla, y el 1,98, que le dio la medalla de oro, al primer intento, ante el gran aplauso de todo el estadio que veía como Beitia retenía su título. Posteriormente intentó en tres ocasiones sobrepasar los dos metros, sin embargo, no pudo conseguirlo.

Con sus tres entorchados consecutivos, Ruth Beitia se ha convertido en la primera saltadora o saltador de altura, en encadenar tres títulos europeos al aire libre. En su caso los de Helsinki 2012, Zúrich 2014 y este último en Ámsterdam 2016.

El mundo entero se rinde a Ruth Beitia

La historia le debía una a Ruth Beitia. La atleta cántabra se lució en Londres hace cuatro años, consiguiendo un salto de 2,01 metros a la primera oportunidad, algo que le hacía estar prácticamente en el podio olímpico, para alegría de ella y de todo su equipo técnico. Entonces llegó la estadounidense Brigetta Barret, una de esas americanas que se crecen bajo los aros olímpicos, y brincó a 2,03m a la segunda. La rusa Svetlana Shkolina hizo lo mismo, pero Beitia no pudo batir su propio récord de España cinco años después. Ganó Anna Chicherova (2,05m), a la que un positivo por dopaje podría quitar el oro y volver a aupar a Beitia al podio años después. La buena de Ruth quería hacer historia y ganar una medalla por méritos propios y no en los "despachos".

Tras una carrera deportiva con muchísimos saltos, Beitia aprovechó la final más barata de la altura desde 1980. Encontró premio a su regularidad desde el inicio de la final. Tanta experiencia tenía que servir para no cometer nulos tontos que al final resultaron decisivos. Debutó en 1,88m a la primera, como otras diez. Siguió sin fallo en 1,93m, como otras cuatro. En el salto clave, 1,97m, la técnica de la cántabra, las ocho zancadas y media sin pasitos previos de aproximación al listón que adoptó el año pasado tras tantos años le hizo hacer historia para su carrera deportiva y por qué no, para el atletismo español.

Ninguna de las cuatro finalistas que acompañaban a Ruth en la final pudieron superar el siguiente listón, en 2,00, por lo que con solo tres saltos Beitia se convirtió en campeona al no tener ningún nulo. Pudieron completar el podio la búlgara Mirela Demireva, y Blanka Vlasic, la doble campeona del mundo a la que se le sigue resistiendo el oro olímpico.

Foto: COE
Foto: COE

La Diamond League como colofón

¿Para qué perder el apetito de ganar títulos? Eso mismo pensó la atleta cántabra cuando veía semanas más tarde una ocasión única de hacer cosas más grandes. Se impuso con mucha facilidad en la Diamond League, sumó cinco de los mítines más prestigiosos (Oslo, Estocolmo, París, Londres y Zurich). Revalidó el título que ya había logrado el año anterior, volviendo al atletismo español en lo más alto.

Además la atleta española ha conseguido otros logros como mejor atleta español y europeo de la temporada. Tras todo esto, Ruth solo mira el futuro y no ve una retirada: "Fue mi último mitin de esta temporada, que ha sido inolvidable. Y una gran noche para mí, una grandísima noche. La verdad es que 2016 ha sido un año maravilloso, con las medallas de oro en los Campeonatos de Europa de Amsterdam y en los Juegos Olímpicos de Río. Y ahora, para culminar, gano la Diamond League por segunda vez en mi carrera. Estoy muy feliz, no es para menos. Ahora descansaré y no quiero pensar mucho en mi futuro a largo plazo. Lo que es seguro es que el próximo año voy a competir en pista cubierta, espero estar en los Europeos, y luego ya veremos. La temporada al aire libre no me la planteo todavía. Prefiero ir paso a paso”.