Los cuartos de final de los Playoff de la Liga Endesa llegaban a Sevilla como una oportunidad para los cajistas de plantar cara a un Valencia que llegaba con la idea de sentenciar la serie tras el contundente 84-54 del jueves.

El partido comenzó muy igualado hasta que el base belga Van Rossom, con dos triples consecutivos, consigió despegarse en el marcador a poco de empezar el encuentro (5-10). Con el paso de los minutos, el equipo sevillano consiguió sobre ponerse a este pequeño primer parcial, y gracias a una gran intensidad defensiva y ataques rápidos volvían a meterse en el partido. Los cajistas se encomendaban al estadounidense Marcus Landry, el norteamericano se echó el equipo a la espalda y finalizaba de manera espectacular casi todas las acciones locales (15-15).

La reacción visitante no se hizo esperar con un triple de Rafa Martínez, (15-18) que fue contestado con un mate de Kristaps Porzingis. Los tiros libres de Lishchuk y Satoransky pusieron el 18-20 con el que se llegaría al final de un primer cuarto muy intenso en cuanto a ritmo. La intensidad se trasladaba a la grada, donde los aficionados cajistas no paraban de animar a su equipo. San Pablo comenzaba a rugir.

El Valencia Basket salió más concentrado al segundo cuarto, encestó dos canastas rápidas aprovechando las pérdidas de los sevillanos. Entonces el ritmo de partido volvió a subir, lo que benefició al Cajasol que, con la vuelta de Landry tras un merecido descanso y las canastas de Satoransky y Mata, consiguieron adelantarse en el marcador (25-24). Entonces Satoransky cometió su tercera falta, teniendo que ausentarse durante muchos minutos y lastrando la inercia positiva que tenían los sevillanos. Este momento lo aprovechó a la perfección el equipo taronja, destacando el MVP de la Liga Endesa Justin Doellman (29-32). El Cajasol pudo reponerse de este imprevisto y consiguió empatar el partido antes del descanso (34-34).

El partido se reanudó con un Caja que salió en estampida. Los de Perasovic anotaron 4 puntos seguidos nada más salir de los vestuarios, pero entonces llegó el ciclón cajista. Los triples de Mata y Bamforth y un mate de HernánGomez tras un rebote ofensivo daban oxígeno al equipo local (42-38). Se vivían momentos claves del partido y coincidieron con los mejores minutos de los hispalenses, que aumentaron el parcial hasta 13-0 y con un Marcus Landry espectacular (47-38). Una falta antideportiva de Lishchuk sobre Álex Urtasun al final del tercero cuarto, espoleaba (aún más si cabe) al equipo y a la afición cajista, que encararía el último y definitivo cuarto con una ventaja de 14 puntos. (66-52).

Los de Perasovic no iban a darse por vencido tan fácilmente, prueba de ello fue el parcial de 2-8 nada más comenzar el último cuarto. El ataque valencianista vivía sus mejores momentos del partido, Doellman, Van Rossom o Lucic anotaban con relativa facilidad y aunque Radicevic y Landry anotaron 2 puntos cada uno, de nuevo Van Rossom y Lafayette le daban más emoción al partido. (72-68).

Final no apto para cardíacos, final de partido muy físico, muchas idas y venidas que terminó decantándose para el equipo que mejor maneja ese tipo de juego. Un triple de Justin Doellman ponía el empate a 76 en el marcador, pero en la siguiente posesión, Scott Bamforth, con un triple desde la esquina ponía de nuevo por delante a los locales. Los visitantes fallaban en su siguiente posesión y los sevillanos sentenciaban el partido con otro triple de Álex Urtasun. El partido terminó con el 84-78 en el luminoso, desatando la alegría en el Pabellón hispalense. Los aficionados presentes en San Pablo ovacionaron a sus héroes durante un largo tiempo y los jugadores respondieron dando una vuelta al ruedo, agradeciendo el empuje del pabellón. Destacar al checo Thomas Satoransky, que se convirtió en el jugador con más asistencias de la historia de club con 461, por delante de históricos como Carlos Montes o Andre Turner.

El Cajasol sale reforzado de su cancha y se permite poder soñar con la sorpresa, aún sabiendo la dificultad del partido del lunes.

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