La trayectoria del base estadounidense con pasaporte georgiano Jacob Pullen en el CB Sevilla ha resultado ser tan fugaz como estéril. Su bajo nivel de compromiso ha sido manifiesto en cada minuto que ha disputado sobre la cancha y el esperpento se hacía mayor cuando, hace unos días, el club decidía apartarlo por enzarzarse de malos modos en una discusión con una aficionada que le reprochó su comportamiento en el partido ante la Virtus de Roma. Esta confrontación tuvo lugar a través de la ínclita red social Twitter, de cuyos caladeros suelen recogerse habitualmente situaciones tan comprometidas como la mencionada.

Como consecuencia, Pullen no fue convocado ya para el siguiente partido de la Eurocup (con nueva derrota para el cuadro hispalense) y los acontecimientos han seguido el desarrollo que se intuía lógico. La página web del equipo sacaba a la luz ayer un conciso comunicado en el que se podía leer lo siguiente: "El Baloncesto Sevilla ha alcanzado este viernes un acuerdo con Jacob Pullen para la rescisión de su contrato".

Así pues, parece evidente que los gestores encargados de comandar al conjunto otrora conocido como “Caja” se han cansado de la actitud contraproducente del deportista nacido en Illinois e intentarán sondear el mercado para cubrir su baja, con más minuciosidad que rapidez, pues la alarmante tesitura en la que habita la escuadra sevillana necesita soluciones reales y no frágiles parches.