Los Houston Rockets, que hasta hace escasas horas eran de los pocos equipos que aún no habían movido ficha en el vigente mercado veraniego, acaban de cerrar su primera incorporación de cara a la próxima campaña. El encargado de inagurar el capítulo de altas no ha sido otro que el alero Corey Brewer, que, a pesar de tener una oferta mayor procedente de Sacramento, ha decidido renovar con los subcampeones del oeste a razón de tres años y 24 millones de dólares.

Cabe destacar que Brewer aterrizó en Houston el pasado mes de diciembre, cuando aún faltaban 56 partidos por jugar de la fase regular. Y, a pesar de que llegaba para asumir un rol diferente al que le ocupaba en Minnesota, en ellos ha sido una pieza capital en la segunda unidad del conjunto texano y ha solventado con nota las exigencias de Kevin McHale.

Ambas partes parecen estar muy satisfechas con la resolución del acuerdo. El enérgico jugador, conocido también por su entrega en defensa y su explosividad de cara al aro, declaró poco después de la reunión para un medio local que se siente muy feliz en Houston y orgulloso de defender a los Rockets.

Así pues, y de cumplir los tres años estipulados de contrato, el alero de 29 años alcanzará su particular década en la liga en un proyecto que cada vez mira al título más de cerca y que este año se quedó a las puertas de devolver a Houston a unas Finales de la NBA 20 años después. Algo que parece haber sido clave para la elección de un Corey Brewer que hizo oídos sordos a los cantos de sirena lanzados desde California por Lakers y Kings y que sueña con volver a levantar el ansiado anillo como ya hiciera en 2011 con los Mavericks.