Ya han pasado tres años desde que Dwight Howard se despidió de los Magic poniendo rumbo a Los Angeles Lakers. Ya han pasado cuatro años del comienzo de la reconstrucción en Orlando, una reconstrucción que se apetecía lenta y en la que no iban a tomar riesgo alguno. Ahora, a finales de 2015, el equipo se encuentra luchando por una plaza en los playoffs en una dura e igualada Conferencia Este.

2015 ha sido el año para poner oficialmente el broche final a la reconstrucción. Durante la temporada pasada, el equipo empezó a dar señales de vida y consiguió ganar un mayor número de resultados con respecto a temporadas anteriores. Jacque Vaughn fue despedido para dar entrada en febrero a James Borrego, como técnico interino hasta final de temporada. A pesar del cambio a escasos dos meses del final de temporada regular, el equipo no consiguió enderezar demasiado el rumbo y acabó decimotercero en la conferencia, solo por delante de Philadelphia 76ers y New York Knicks.

La llegada de Scott Skiles, el punto de inflexión 

En verano había que dar el paso definitivo para la reconstrucción. Scott Skiles llegó al puesto de entrenador jefe con un objetivo claro: aportar la experiencia y trabajo defensivo que necesita el talentoso roster del que dispondrá. Sus equipos siempre habían estado caracterizados por su buena defensa, a pesar de ser un poco deficientes en ataque, y en Orlando parecía que dispondría de las piezas exactas para conseguir el objetivo.

Fuente: nba
Fuente: nba

Tras ser capaces de crear un equipo lleno de jugadores jóvenes con un potencial elevado, ha llegado el momento de dar un paso adelante y empezar a cimentar el proyecto. La llegada de Scott Skiles debía aportar solidez defensiva en un equipo que ya mostró los años pasados disposición de trabajar atrás aun sin un plan que seguir. El principal objetivo debería de ser crear una identidad defensiva, forjar un plan de juego colectivo, prolongar el desarrollo de los jóvenes y competir en el Este sin ningún tipo de complejo.

En el apartado ofensivo, la velocidad debería de ser la hoja de ruta a seguir. Habiendo sido el cuarto peor ataque de la pasada temporada resultaba evidente que el ataque de los Orlando Magic exigía una profunda reestructuración. Si se realiza un análisis aún más exhaustivo nos encontramos con un equipo incapaz de generar en estático por falta de creación de  espacios y líneas de pase, y con una peligrosa ausencia de amenaza real con el tiro desde la larga distancia, que iban a mejorar mediante su elección en el Draft. Con este puñado de déficits, y observando el joven y atlético roster del que dispone Scott Skiles, aumentar el ritmo debería de ser la única forma de seguir mejorando en este apartado.

Mario Hezonja llega para aportar lanzamiento exterior 

Como en temporadas anteriores, el equipo dispondría de otra elección alta en el Draft. El elegido fue Mario Hezonja en la quinta elección, tirador total que ya demostró sus cualidades en la Euroliga jugando para el FC Barcelona. En lo que respecta a la agencia libre, la plantilla no sufrió demasiados cambios. Luke Ridnour y Maurice Harkless salieron del equipo por futuras rondas del Draft, mientras que Shabazz Napier llegó a Orlando para reforzar la posición de base a cambio de una segunda ronda.

Fuente: bleacherreport
Fuente: bleacherreport

Tras un verano no demasiado movido en lo que a traspasos respecta excepto en el banquillo, Orlando Magic se presentó en la pretemporada con un bloque sólido y dispuesto a dar más de alguna sorpresa. La puesta en escena fue sorprendente y bastante positiva, llegando a las 6 victorias y dos derrotas durante la pretemporada.

Con la llegada de la temporada regular y durante estos dos meses de competición, el equipo de Orlando está sobrepasando las expectativas y se sitúa con un récord de 18 victorias y de solamente 13 derrotas antes de finalizar el año. El plan específico de Skiles está dando sus frutos y los resultados están empezando a llegar, estando a solamente siete victorias de todas las logradas durante el pasado curso baloncestístico. La mejora es considerable y noticiable, habiéndose convertido en un equipo sólido y duro en defensa, pero con la capacidad de correr y ser veloz en ataque. Una auténtica arma de joyería.

A expensas de una gran parte de la temporada, el equipo de Orlando se sitúa séptimo en la correosa Conferencia Este; aunque una breve racha de partidos sin ganar posiblemente te deje fuera de los ocho primeros. Llegados a este punto, el objetivo debe de ser volver a la post-temporada y dar otro paso más hacía el objetivo a largo plazo de esta franquicia: volver a disponer de un equipo aspirante como ya lo tuvo en 2009.  

Fuente: orlandomagicdaily
Fuente: orlandomagicdaily