'Clutch City', es una de las historias más épicas del baloncesto, y de las más felices para la hinchada de los Rockets, y también uno de los documentales más entretenidos para los espectadores. Si pueden, véanlo. Una de las historias de superación más lindas del deporte.

'Clutch City'

Empezando por el comienzo, en la temporada 1993/94, los Rockets empezaron 15-0, sí, el récord que rompieron esta temporada los Warriors, entre otros muchos. Esa temporada, como segundos de conferencia que eran, se les consideraba candidatos al anillo, más aún cuando Denver eliminó a Seattle en la primera ronda -cuando todavía se jugaba a 5 juegos en dichas eliminatorias- convirtiéndose en el primer equipo que acabando octavo, eliminaba al primero. Después de ganar a Portland, Phoenix -en 7 partidos- y más tarde despachar a los Jazz sin complicaciones, se plantaron en las finales contra los Knicks de Ewing, otro gran pívot, y duelo por todo lo alto en la pintura. Tras ir perdiendo 3-2, Olajuwon se puso el mono de trabajo, y ganaron los dos siguientes partidos con dos actuaciones soberbias del pívot nigeriano, sobre todo defensivamente. Anillo para los Rockets, el primero de su historia, y Olajuwon MVP de las finales, como no podía ser de otra manera.

Antes los duelos entre pívots de nivel eran el pan de cada día

Al año siguiente, las cosas no estaban saliendo como esperaban, con jugadores descontentos, el entrenador en el alambre, y demás problemas, a mitad de la temporada se fraguó un traspaso que cambiaría el curso, más tarde, de la historia de los Rockets. Clyde Drexler, la némesis de Jordan, aterrizaba en la ciudad donde había asistido a la universidad - con Olajuwon- y junto con los demás integrantes de la plantilla, como Robert Horry, Keny Smith, Scott Brooks, Mario Elie, Sam Cassell, o Vernon Maxwell, consiguieron entrar en Playoffs para no hacer el ridículo. Pero ahí no terminó su propósito. Los Playoffs del '95 fueron mucho más para la ciudad de Houston, y para la historia del baloncesto. Acabando sextos en la conferencia, se convirtieron en el primer equipo en ganar el campeonato, sin tener ventaja de campo -acabar entre los cuatro primeros- y a todos los equipos a los que ganaron, tenían más de 50 victorias en la temporada, también primera vez en la historia que sucedía dicho caso.

Pero eso no es tan simple, la leyenda se forjó en las semifinales de conferencia. Con su enfrentamiento contra los Suns -segundos- de Barkley, MVP tres años antes, todo parecía perdido, después de haberle ganado a Utah por la mínima también en la primera ronda. Pero el equipo se mantuvo unido y, con 3-1 abajo en la serie, consiguieron remontar contra todo pronóstico, con uno de los finales de serie más memorables de la historia, no solo del baloncesto, sino del deporte en general, el famoso ‘Beso de la Muerte’ de Mario Elie en los últimos segundos del último partido para darle la victoria a su equipo y dejar a los Suns en la cuneta, en una de las más épicas y mejores series que se recuerdan en la historia del baloncesto. A partir de ahí, todo fue hacia arriba para el equipo tejano. También le ganaron a los poderosos Spurs de Robinson por 4-2 en las finales de conferencia, con Olajuwon dando una cátedra de movimientos al poste y dejando casi ridiculizado, nada más y nada menos que al ‘Almirante’. En las finales esperaban los Magic, a los que barrieron con un contundente 4-0 y consiguieron el anillo más difícil de la historia. Habían obrado el milagro.

La situación de los Warriors

Obviamente la situación de los vigentes campeones no es comparable, ya que acaban de realizar la mejor temporada de la historia, tienen al MVP unánime -que se dice pronto- y al Entrenador del Año, a parte de un fantástico elenco de jugadores de rol que aúpan al equipo en los momentos difíciles. Dejando de lado los récords que han conseguido, las gestas, y las victorias, se parecen en algo a aquellos Rockets que hicieron historia. Que remontaron un 3-1 y venían de ser campeones.

La situación que se vivió en la serie que acabó ayer de una forma épica y que nos dejó en la retina una de las mejores eliminatorias de los últimos años, fue casi justicia divina. Vaya por delante que no soy de los Warriors ni de los Thunder, pero la forma de la que se ha ninguneado a este equipo, no podía tener otro final de serie mejor que remontar ese 3-1. Después de ver como durante toda la temporada, personalidades del deporte del balón naranja como Barkley, o sin ir más lejos, el propio Westbrook riéndose de la defensa de Curry -siendo este un defensor, no de élite, pero sí notable-, o tantas personas anónimas como tú o yo, han tildado a este equipo de degenerar este deporte, simplemente por arrasar de un modo distinto al que estábamos acostumbrados, se merecían una victoria moral como la de ayer para demostrar al mundo, que un 73-9 no sale de casualidad, ni un MVP unánime , y remontar un 3-1, tampoco.

Tenemos por delante, unas de las Finales más excitantes de los últimos años

Ahora se las verán contra los Cavaliers con la moral por las nubes - solo han perdido dos juegos en los Playoffs, menos que los Warriors en la serie contra los Thunder, y con un baloncesto sensacional-, esta vez con el equipo al completo -aunque ya se enfrentaron esta temporada contra los de Cleveland con todos sus efectivos y perdieron de 34 puntos en su propia cancha- y sin excusas. Han demostrado de lo que son capaces, cada vez que se les ha infravalorado o ninguneado, han dado el cayo en el siguiente partido con una exhibición para demostrar que están ahí por algo. Si algo nos ha enseñado este equipo, es que no se le puede subestimar, y no hay que darlo por muerto hasta que no esté enterrado.

Así que, aviso a navegantes, “nunca subestimes el corazón de un campeón” como diría, con mucha razón, el gran Rudy Tomjanovich.

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