Cuando se conoció la salida de Alejandro Martínez la afición aurinegra y gran parte de la plantilla quedaron en shock. Para los primeros, un Iberostar Tenerife con otro entrenador se había hecho prácticamente inconcebible. Para algunos de los segundos, mirar al banquillo y no encontrar al catalán era algo que jamás habían hecho en su etapa profesional. Con una complicada situación deportiva agravada por esta circunstancia, la preocupación se hizo dueña del inicio de temporada de los canaristas.

Sin embargo, la llegada de Vidorreta pronto acabó con el problema y el equipo comenzó a conseguir victorias desde el primer momento en el que el vasco se sentó en el banquillo. Txus llegó con palabras de tranquilidad y transmitiendo confianza en la plantilla y en revertir la situación. El equipo, que marchaba colista con cinco derrotas en cinco partidos, encadenó tres victorias en los cuatro primeros encuentros del nuevo técnico. Como suele decirse, fue llegar y besar el santo.

Desde su llegada, el balance fue de 16-13

La temporada, con rachas positivas y negativas, fue avanzando con el equipo cada vez más cerca del octavo puesto. Vidorreta, haciendo gala de sus excelentes dotes como entrenador tanto a nivel táctico como motivador, fue clave en muchas de ellas, y los números respaldaron su excelente trabajo. El técnico vasco acabó como el sexto entrenador con mejor porcentaje de victorias y con una sensación evidente: de no ser por el balance de 0-5 con el que llegó, los playoffs habrían sido una realidad y no solo una ilusión.

No obstante, su temporada y su labor tiene motivos de sobra para ser recordada. Las grandes victorias conseguidas, especialmente la lograda ante el Real Madrid, el noveno puesto, mejor de la historia del club, y la comunión entre el equipo y la grada son motivos de sobra para recordar con buenos ojos la primera temporada de Vidorreta al frente del Iberostar. Motivos para desear su renovación no faltan. Solo falta esperar a que, cuando finalice su labor con la Selección Española en las Olimpiadas, llegue el acuerdo que le permita hacer lo que le faltó este año: dirigir el proyecto desde el principio.