Frank Vogel sabe que es momento de cambiar para Orlando Magic. La victoria ante Miami Heat el pasado lunes no entierra lo dicho por el entrenador luego de sufrir una paliza propinada por Dallas Mavericks: “La segunda unidad nos ha creado grandes desventajas en los últimos dos partidos, pero tampoco nos ha funcionado volver a introducir a los titulares". Pero para quien dirigió a Indiana Pacers con éxito por seis años, esto no es una excusa: "Quizá ese grupo ahora mismo no encaje bien junto, así que tendremos que barajar nuestras cartas y encontrar la manera de que funcione”.

Los Magic corren de atrás en esta temporada, anteúltimos en la Conferencia Este (con un récord de 21 triunfos y 36 derrotas) y casi despojados de los Playoffs. Serge Ibaka será traspasado a Toronto Raptors, a cambio de Terrence Ross y un pick de primera ronda del Draft 2017. El interno ex Oklahoma City Thunder había recalado en la franquicia antes del inicio del curso NBA, como un arma fundamental para garantizar la competitividad del equipo. Ahora, las responsabilidades recaen todas en Aaron Gordon, quien ha vuelto al ruedo tras una contusión en su pie derecho. El virtuoso candidato a quedarse con el Concurso de Mates de este año es, a sus escasos 21 años, la bandera del conjunto que viste de celeste.

Para suplir la ausencia de Ibaka, encontrar un quinteto consolidado y encauzar el rumbo de sus dirigidos, Vogel, un entrenador que ya conoce la conveniencia de los procesos, deberá hacer honor al sobrenombre de la franquicia. Estancada en el fondo de la tabla, con un rendimiento del mismo nivel que el que reflejan sus números y con 25 juegos por delante, que pueden ser el mejor aliciente como también el ancla más pesada. En todo caso, esta será una temporada de pruebas para los de Orlando.