Recita cinco nombres de árbitros de la NBA. Una tarea cuanto menos complicada hasta para un forofo de este deporte. Ahora bien, coge a un aficionado y pídele que te diga cinco nombres de árbitros de fútbol. Te citará sus enemigos.

¿Cómo hemos llegado a esto?

Sin lugar a duda, hay un mayor número de probabilidades, que dicho aficionado te diga los nombres. El principal problema es que en el mundo fútbol, el árbitro, se ha convertido en un jugador más. En una estrella más que brilla con luz propia y al que los focos le enfocan.

Cuesta mucho encontrar un partido de la NBA es el que un árbitro tenga un primer plano más de diez veces. Lo máximo que le verás será cuando le pase el balón para que el jugador saque el tiro libre y en el salto inicial. Mientras que los árbitros de fútbol visten con camisetas amarillas fosforitas y ocupan las portadas de los periódicos. Los de la NBA usan sus apagadas camisetas grises y pasan por un partido sin pena ni gloria. Son un elemento más, un peón más de este juego. Un árbitro de la NBA jamás le quitará una portada a LeBron James.

El baloncesto, un deporte más sano

Con esto, no se afirma que los árbitros de la NBA no cometan errores. Claro que los cometen. Errores gordos, errores pequeños y errores básicos. Eso sí, en el caso de cometer un error (que por supuesto que los cometen) deben de hacerlo público, pedir perdón y explicar la jugada. Sin embargo, el baloncesto es un deporte más sano. Los jugadores te lo ponen más fácil a la hora de arbitrar. Si los jugadores te ayudan, tu trabajo es más fácil. Es simple. Uno de los principales problemas que tiene el fútbol son los piscinazos. Todos saben los jugadores de fútbol que son más propensos a lanzarse a la piscina y este aspecto es tremendamente importante.

Los atbitors de la NBA I Foto: NBA.com
Los atbitors de la NBA I Foto: NBA.com

En el baloncesto, como es lógico, también existe el piscinazo. Sin embargo, ahí en América se conoce como el flopping. Este acto, que consiste en simular un golpe con el objetivo de engañar a un árbitro, está muy mal visto a ojos de la liga. El número de tramposos de baloncesto y del fútbol es muy diferente. Los hay, pero son menos. Y lo que es mejor, la liga lucha contra ellos. Porque a la gente que hace trampas hay que frenarla. Por un deporte justo, por un deporte en el que gana el mejor.

Así pues, la NBA se puso manos a la obra en el año 2012 y decidió acabar de una vez con los flopperos. La liga hace una advertencia en la primera violación de la nueva regla y a partir de ahí el infractor tendrá que pagar una multa de cinco, diez, 15 y 30 mil dólares por cada nuevo intento de engaño a los oficiales. Después las posteriores violaciones implicarán una suspensión automática. Para definir las jugadas de posibles flopping la NBA analizará el vídeo de cada partido y actuará en consecuencia. Si realizar un piscinazo te cuesta 30.000 dólares, probablemente te limites un poco más el número de engaños que quieras realizar.

El comisionado David Stern defendió la aplicación de las sanciones al afirmar que el flopping es "un ardid que no le hace justicia al juego y provoca en el público injusto rechazo a la labor de los árbitros". Puede que estas medidas funcionen mejor o peor, pero al fin y al cabo son medidas. Porque el mayor problema es no combatir el problema. Los jefes del deporte del balón que se juega con los pies deberán de decidir si quieren acabar con estos valores que están envolviendo al fútbol y si de verdad, quieren acabar con ellos.

Un trabajo más que difícil

Ser árbitro es un trabajo difícil, peligroso y complicado. Son muchos los que han recibido amenazas, insultos y demás acciones negativas que no se le deben decir a un trabajador. Porque no olvide, que el árbitro está haciendo su trabajo. Mal o bien, su trabajo, como el suyo. Y creamos entender, que lo intenta hacer lo mejor posible. Si se desconfía en que el árbitro no quiere hacer su trabajo con parcialidad y lo mejor que puede, dicho debate no tendría sentido.

Gil Manzano I Foto: MD.com
Gil Manzano I Foto: MD.com

Ser colegiado no es una tarea para nada fácil e incluso se podría decir que cada vez es más difícil. Las miles de cámaras que hay y que no pierden un sólo detalle son muy superiores a los dos ojos de dicho árbitro. Son "mil contra uno". Los equipos y los aficionados parece que están siempre a la espera de que cometa un error. Sin ningún tipo de compasión o humanidad. También hay que recordar, que los jueces del deporte son humanos, y como buenos humanos que son, fallan. El objetivo sería, que dicho peón, contase con las herramientas suficientes para poder desempeñar su trabajo lo mejor posible.

El fútbol y la tecnofobia

La progresión del arbitraje y tecnología en el fútbol está estancado no sé sabe muy bien por qué, y aún sigue siendo sorprendentemente reacio a la tecnología. Muchos dirían que sí. Probablemente se trate del deporte más anclado al pasado que existe en todo el mundo. La única ayuda tecnológica que han conseguido ha sido un simple pinganillo para poder comunicarse con los linieres. Si hasta los nombres los siguen apuntando en una libreta. El árbitro hace su trabajo exactamente igual a como lo hacían hace 50 años.

En la NBA, los árbitros podrán utilizar la repetición instantánea en cualquier momento del partido

Tan difícil sería abandonar las raíces del pasado y crear unas nuevas. En el baloncesto ya se hace y los resultados se están viendo rápidamente. Cierto es, que sigue quedando mucho por remar y por mejorar. Pero ya el hecho de que se esté intentando mejorar es un gran paso. La NBA revisa las jugadas decisivas del último cuarto y cuentan con un dispositivo que les muestra a los tres árbitros la jugada desde distintas tomas con el objetivo de decidir si ha sido falta o no. Otra ventaja muy grande con la que cuentan, es que el público de la NBA no se echa terriblemente encima del colegiado y puede tomar sus decisiones con mayor libertad.

Los atbitors de la NBA I Foto: NBA.com
Los atbitors de la NBA I Foto: NBA.com

En el fútbol la tecnología es aplicable. Si se puede usar para tejer una camiseta, como no se va a poder utilizar para arbitrar un partido. Ideas debe de haber muchas. Hacer revisión en los penaltis, en los fueras de juego que acaban en gol y así, poco a poco, se irá reduciendo el número de injusticias producidas. Ahora bien, si el fútbol quiere acabar con estas.

¿Interesa la verdad?

Lo que se debería de plantear la FIFA, la Liga Española, la UEFA y demás organismos del fútbol sería si de verdad quieren luchar contra las injusticias arbitrales. No tiene sentido quejarse de algo que no se quiere solucionar. Por mucho que esto sea España. ¿Podría el fútbol sobrevivir sin polémicas? ¿Qué se vendería en los periódicos? ¿Le interesa a los medios, que el deporte rey sea un deporte justo?

Luis Enrique: "Sin polémica, el fútbol no sería nada"

Esto no es ninguna locura. Son muchas las personas que justifican que el fútbol sin polémica, no sería fútbol. Entiendo que habrá gente que no piense eso. Que quiere que su equipo gane legalmente y se merezca la victoria. Pero que haya una sección que no esté de acuerdo con que el fútbol sea un deporte justo, ya resulta algo cuanto menos llamativo. En los bares se comenta, que sin la polémica, los lunes no habría de que hablar. A lo mejor es cierto, el fútbol todavía no está preparado para ser un deporte justo, pero entonces no estaría bien criticar a los árbitros constantemente.

Mientras los árbitros no tengan las herramientas necesarias para hacer a la perfección su trabajo, no se les podrá exigir nada. Es muy simple, si tu trabajo es cavar un agujero de 10 metros y tu única herramienta es una cucharilla, no se te pueden pedir magníficos resultados. Sin embargo, si se compra al trabajador una excavadora de última tecnología, si que sería lógico que se le exigiesen grandes resultados. En fin, si el objetivo es ver un deporte bien arbitrado, vean la NBA. Les quedará la sensación (que al menos) están intentando luchar contra la imperfección humana.