La ciudad del álamo empezó a temblar al ver a Kawhi cabizbajo en el banquillo, algo muy corriente. Lo preocupante no era la situación, sino el motivo que había detrás. El alero, que ha firmado 22 puntos, 15 rebotes y 2 tapones, se ha retirado en los minutos cruciales del partido y ya no ha vuelto ni para la prórroga.

Kawhi Leonard sufrió una lesión en un dedo, una lesión que nos recuerda que es humano, que sí se lesiona. Tras este incidente, el físico superdotado de Leonard ha permanecido intacto, hasta que ayer su tobillo izquierdo se torció y Poppovich, amo y señor de los detalles, decidió no forzar a su estrella, pensando probablemente en el sexto partido el viernes en Houston.

Tras la lesión en el segundo partido de Tony Parker fue Nené Hilario quien cayó lesionado en el último partido. Al parecer, los jugadores que más progresión habían mostrado en comparación con la Regular Season. El brasileño era el arma de destrucción masiva en la pintura, con unos porcentajes elevadísimos, y el francés se había mostrado ágil, fresco y rápido – además de muy acertado en el tiro de 3 -. Pero hablar de Kawhi Leonard son palabras mayores. Tras el partido él mismo se mostró optimista y contento: “ Sí, creo que podré jugar el sexto, además mis compañeros han hecho un gran trabajo en el tramo final”. Sin Leonard, los Spurs se refugiaron en la defensa, y ganaron. Ginobili emergió como en los viejos tiempos y los Spurs se llevaron el gato al agua.

En la final aguardan los Warriors, que no parecen muy preocupados por el rival – en Instagram vimos a Curry haciendo la cena durante el partido de los Spurs – y que ya buscan a Lebron. Aún no han empezado las finales de Conferencia, pero el mundo mira a los Warriors preguntándose si la venganza se podrá llevar a cabo. Quizás no sea Lebron quien lo impida. Un robot llamado Kawhi tiene muchas ganas de asaltar el trono de nuevo.