El año pasado fue el año de los Warriors. El del récord. El de Curry. En el cómputo global se alzaron los de la bahía de San Francisco, derrumbados por el Rey en una proeza deportiva, mental y física sin precedentes en el deporte. Los Warriors llegaron a las finales de la NBA tras remontar un sorprendente 3-1 frente a unos Thunder comandados por Durant y Westbrook. "Si no puedes con el enemigo, únete a él", decía Saruman a Gandalf en El Señor de los Anillos. Durant así lo hizo, ante el asombro de la NBA y el enfado silencioso de Russell. En esa final de conferencia todo el mundo esperaba a los Spurs, que habían sido el segundo mejor equipo de la liga. No llegaron, abrumados ante la exuberancia física de los de Billy Donovan. Este año sí tenemos ante nosotros el choque de estilos más salvaje de toda la liga, vamos a ello.

La regular Season no sirve

En la temporada regular, los San Antonio Spurs ganaron ambos partidos y con una diferencia abismal. 100-129 en Octubre y 107-85 en marzo. Sendas palizas que son engañosas, pero al mismo tiempo no se pueden ignorar. El primer asalto entre ambos fue poco después de haber empezado la liga, y los Spurs hicieron un partido descomunal, en el que se mostró al mundo Jonathon Simmons, ahora pieza clave. Hasta aquel entonces aún no se le conocía. En el segundo asalto, ambos equipos hicieron descansar a todas sus estrellas. No estaban Klay Thompson, Curry, Durant o Green. Y Pops hizo descansar a Kawhi, Parker, Manu y Gasol. Partidos que no deben ser tomados como algo en que fijarse para entender la serie, pero sí que pueden enseñarnos cuáles van a ser las armas de los dos equipos ante una eliminatoria tan antágonica en cuanto a estilos.

Todo nace en la defensa

Los Warriors son el mejor equipo defensivo de estos PO, con un Defensive rating de 96.9, de largo el mejor de la NBA. Su actividad detrás, con cambios constantes, agresividad en la línea de pase, y defensores como Durant o Green que se adaptan a cualquier posición, hacen que inicien su ataque en cada defensa, haciendo transiciones constantes que matan a qualquier rival. Así lo demuestra su contragolpe, siendo el equipo que más puntos anota en esta faceta, con 19.3 por partido. Así pues, si los San Antonio Spurs quieren competir y poder ganar la serie, deberán elegir muy bien sus opciones en ataque, para minimizar la velocidad de ejecución de los de Kerr- aún ausente-. En esto, Pops es el mejor, ya lo ha demostrado frente a los Rockets, bajando el Pace ofensivo( rimto de posesiones ) frente al de D'Antoni que es muy elevado.

San Antonio cuenta con dos de los grandes especialistas en defensa, Danny Green y el dos veces defensor del año, Kawhi Leonard. Ambos serán las piezas que sustenten el engranaje defensivo de los Spurs ante la velocidad y la mutabilidad de los jugadores de San Francisco. Se las tendrán que ver con las más feas. Además, la confirmación de Jonathon SImmons como uno de los grandes defensores de perímetro es una enorme notícia para los Spurs. Anuló en las jugadas decisivas a Harden en el quinto, y lo secó, literalmente, en el sexto y último partido. Su velocidad, agresividad y potencia hacen de él un defensor muy agerrido. Además, ha bajado de más de 6.5 faltas por 100 posesiones a 3,8. Muestra de su madurez. 

La pregunta que todos tenemos en la cabeza es si Pops usará el sistema que le ha valido para pasar a la final, con dos pívots puros( Gasol y Aldridge) o si readaptará el sistema con un falso 4, como Leonard, dando entrada a Simmons. Sería lo más lógico, sobretodo cuando Iguodala esté en pista. Puede que Poppovich use a Dedmon, que de ser titular en la Regular Season ha pasado a no contar para el técnico. Él es el más capacitado para quedarse con Curry o Klay en los cambios. Más rápido y atlético. Aquí residirá gran parte de la serie, en cómo va a ir ajustando Pops su sistema para minimizar el impacto del mejor ataque de la liga. Va a haber muchas variantes, de esto podemos estar seguros.

Los banquillos, claves

El éxito de ambos equipos se debe, en gran parte, a la segunda unidad. Sin ir más lejos, el MVP de las finales de 2015 fue Andre Iguodala, el mejor sexto hombre tácito de la liga. Defiende todas las posiciones, inteligentíssimo en ataque, solidario y con calidad. Así es el estandarte de la segunda unidad de los Warriors, que han perdido a Barbosa, Speights o Ezeli pero siguen contando con Livingston o los fichajes de Barnes y Mcgee. 

La genialidad del maestro poppovich se debe sobretodo a sacar el 120% de cada jugador, hasta convertirlos en piezas vitales de un equipo que aspira a todo. Simmons, Mills, Anderson o el rookie Murray. El banquillo de los Spurs es el que más minutos juega, 19.1, el tercero que más anota 34,4 puntos por partido, y el segundo con el mejor Net Rating, con 9,2 - solo superado por los Warriors, claro-. Es el elemento diferencial de este equipo camaleónico que se adapta a todo. En esta serie se ha lesionado Tony Parker y Leonard no jugó el último partido. Todo pintaba mal. Ningún problema para Pops, que pone a Patty Mills y Simmons en el quinteto y arrasa por 39 puntos. 

Ambos equipos saben de la importancia de sus banquillos, y es allí donde los Spurs pueden sacar ventaja. Sus suplentes son mejores que los de los Warriors, y tendrán que aprovechar los momentos en los que se encuentren en pista. 

Todo el mundo da una ventaja abismal de los Warriors frente a los Spurs. Quizá sea un romántico o demasiado optimista, pero a prioir me parece una serie que va a ser muy bonita. Los Warriors parten como claros favoritos, pero los Spurs cuentan con el mejor entrenador de la NBA, uno que ha logrado 10 finales de conferencia y 5 anillos. Y con kawhi, probablemente el jugador más completo teniendo en cuenta ambos lados de la pista. Sin ruidos y sin gestualidades pero con un instinto asesino que le sirve para aniquilar a rivales.

Unos ansían la venganza, los otros la eternidad. Unos lo hacen desde el ritmo y la velocidad, los otros desde la pausa y la frialdad. Dos estilos enfrentados por primera vez en unas finales de conferencia( en 2015 Rockets, en 2016 Thunder ) que se iniciarán mañana a las 21,30(hora española) en el Oracle Arena. El espectáculo está servido.