Partido de urgencias en ambos equipos, aunque por motivos bien distintos. Los locales llegaban a la cita mirando por el retrovisor a los equipos que cierran la tabla de la Liga Endesa. Con 6 victorias en 18 encuentros, Miribilla tenía que recuperar su condición de fortín para garantizar la tranquilidad de los hombres de negro en la competición. Por su parte, los hombres del Che García llegaban a Bilbao con la necesidad de romper su peor racha desde el arranque liguero, con 3 derrotas consecutivas. Una vez conseguida la clasificación para la fase final de la Copa del Rey, parecía que su intensidad había decaído ligeramente, con derrotas claras en las salidas a Madrid o Valencia, y en el Fernando Martín en la última jornada ante un Morabanc que dominó el marcador todo el encuentro.

Comenzaba el encuentro con dudas en ambos conjuntos, y las primeras posesiones se resolvían con pérdidas de balón hasta que Popovic con un triple inauguraba el marcador con un minuto jugado. Los madrileños buscaban con claridad el tiro exterior en estos primeros compases, con Smits o Eyenga lanzando desde el 6.75 en sus primeros ataques. Por su parte, los locales se movían más cerca de la pintura y forzaban faltas de tiro para desde la linea de personal mantenerse dentro del encuentro. Hammink con 4 tiros libres casi consecutivos colocaba por delante 10-8 en el ecuador del parcial. El holandés tiraba del carro de los hombres de negro en estos primeros compases, mientras Tabú y Mumbrú comenzaban a coger temperatura. Sin embargo, los visitantes seguían acertados desde el triple y no permitían que Bilbao tomase renta. Eyenga y Paco Cruz anotaban dos de forma consecutiva y dejaban a su equipo por delante (18-19) con apenas un minuto y medio por jugar. Hasta el final del cuarto, el irlandés O´Leary demostraba su efectividad y con 4 puntos dejaba el marcador en 20-23.

El segundo cuarto arrancaba de nuevo con O´Leary como protagonista, fajándose en ambos aros con casi siempre buen resultado. Un mate suyo y un triple de Sekulic ponían ocho puntos por delante a Montakit (20-28) y obligaban a Mrsic a pedir tiempo con apenas dos minutos de juego. Sin embargo, el rodillo naranja comenzaba a entonarse y sólo Mumbrú y Tabú conseguían evitar que las diferencias fueran insalvables. Pese a que en momentos de lucidez en ataque RETAbet se acercaba hasta 5 puntos (29-34, minuto 6), los madrileños demostraban menor ansiedad y manejaban el tempo del partido a su gusto. Una defensa con presión a toda pista atascaba a los locales en los primeros segundos de sus posesiones, con un Rupnik especialmente intenso. El acierto desde el 6.75 (hasta 7 jugadores conseguían anotar en Fuenlabrada desde el triple con porcentajes globales cercanos al 50 %) iba minando además la resistencia bilbaína, y precisamente un triple de Popovic sobre la bocina dejaba el marcador al descanso en un preocupante 33-46. Los primeros silbidos aparecían en la grada.

Siempre nos quedará Mumbrú

En la reanudación, Devin Thomas era quien decidía echarse el equipo a la espalda y con 7 puntos en los primeros minutos contagiaba su empuje al resto. Sin embargo Popovic seguía manejando el tempo del encuentro, y evitaba que la reacción fuese creíble. Ahí es cuando el gran veterano Álex Mumbrú tomaba el relevo y con un triple y varias acciones destacadas a ambos lados de la cancha (tapón incluído sobre Eyenga), prendía la mecha para que el equipo creyese en sus posibilidades. Con la misma medicina que había aplicado Montakit en la primera parte, una presión a toda cancha de Bilbao en el último tramo del cuarto conseguía sembrar las dudas en su rival y colocar un 59-64 con 1:11 por jugar. Ahí volvía a aparecer Popovic para con 3 tiros libres dejar el marcador en 59-67 a falta de 10 minutos.

Un Paco Cruz menos activo que en otros partidos anotraba los primeros ataques visitantes, mientras Hammink volvía a aparecer en Bilbao para anotar con facilidad. Problemas de faltas en Fuenlabrada, que en apenas un minuto se encontraba con que O´Leary, Smits y Olaseny se ponían con 4 tras falta en ataque del letón. Pese a que Néstor García trataba de garantizar ataques largos siempre con dos bases en pista, un rebote defensivo de Thomas y un posterior pase largo facilitaban la canasta de Hammink a la contra para colocar un esperanzador 67-71 con apenas 3:40 por jugar. Pero de nuevo Popovic con dos triples en los momentos cruciales sentenciaban un encuentro en el que su calidad y experiencia fueron el factor decisivo para que la victoria escapase de Miribilla.