Se acabó el 'seguir soñando'. Se acabaron los 'licencia para soñar'. Se acabó el hablar de equipo pequeño. Se acabó hablar de un aspirante más. Se acabó el 'tapado'. Se acabó 'la sorpresa'. Se acabó todo esto. Y se acabó lo más importante, la Basketball Champions League. Y terminó con el mejor resultado para los intereses del representativo tinerfeño, canario y español. 

La final de la BCL proclamó al Iberostar Tenerife, anfitrión de la Final Four, campeón de la primera edición del torneo. Tras un fin de semana histórico para la isla, la afición aurinegra y la ciudad de La Laguna, el CB Canarias se impuso en la final al Banvit turco por 63-59. Tras haber derrotado en la semifinal del pasado viernes al Umana Reyer Venezia, los insulares afrontaban su primera final europea y el primer título importante en toda su historia. 

No fallaron los dirigidos por Txus Vidorreta y no falló nadie en el Pabellón Insular de Deportes Santiago Martín. La cancha de Los Majuelos se llenó y vibró con un espectáculo deportivo pocas veces visto en la isla. El recinto se vistió de gala y como nunca antes lo había hecho para la ocasión, con un espectáculo de luces y de sonido al más puro estilo NBA.

El trofeo luce en el centro de la cancha con el resto del pabellón apagado | Fotografía: BCL.
El trofeo luce en el centro de la cancha con el resto del pabellón apagado | Fotografía: BCL.

La escuadra local partió de inicio con San Miguel, Hanley, Grigonis, Bogris y Doornekamp. Por su parte, los turcos hicieron lo propio con Muric, Orelik, Vidmar, Chappell y Theodore. Abrió las hostilidades el Banvit. Orelik anotó un dos más uno sacándole la primera falta del partido a San Miguel. La respuesta aurinegra llegó acto seguido con un triple de Marius Grigonis, novedad en el quinteto inicial de Vidorreta.

Las primeras tres canastas del Canarias fueron triples

El Iberostar trataba de imponer su juego defensivo y de no permitir un partido loco con aspectos que se escaparan a su control. Cerrando bien el rebote ante la intimidación de Vidmar, los tinerfeños consiguieron ponerse por delante gracias a un triple de San Miguel que acto seguido fue imitado de nuevo por su compañero Grigonis. Tres triples para poner un 9-5 en el marcador que permitió a los de Vidorreta controlar el comienzo de la final.

Vázquez y Abromaitis entraron para suplir al juego interior y los canaristas se encontraron más cómodos con dos jugadores con mayor capacidad atlética. La respuesta turca llegó de la mano de Chappell, que tras una gran asistencia de Theodore anotó un triple liberado desde una de las esquinas. Ritmo frenético a pesar de no jugar a un tanteo alto. Al final del primer acto se llegó con un 16-12 en el marcador favorable a los canarios y tras una canasta de Chapple sobre la bocina.

Theodore y San Miguel frente a frente en una acción del encuentro | Fotografía: ACB.
Theodore y San Miguel frente a frente en una acción del encuentro | Fotografía: ACB.

Con el paso de los minutos el buen juego de los locales se fue acentuando y las señas de identidad del CB Canarias fueron apareciendo. Unos buenos minutos en defensa y con acierto en ataque de Kirksay permitieron a los suyos ampliar la diferencia y ponerse 23-14 en el marcador a falta de 7:12 para el descanso. Sasa Filipovski paró el partido en ese momento con un tiempo muerto.

La respuesta turca no se demoró y la charla del técnico visitante pareció hacer un efecto inmediato sobre sus jugadores. Primero un triple de Gecim, una canasta de Theodore y finalmente de nuevo el base puso un parcial rápido de 7-0 que llevó esta vez a Vidorreta a detener el encuentro.

La dinámica del partido se volvió a favor de los que vistieron este domingo de verde. Banvit solidificó su juego y puso el empate en el marcador con un canastón finalizado en mate al contraataque del joven Korkmaz. San Miguel asumió la responsabilidad y paró la sangría que no parecía cesar en su contra. El base maño respondió con dos buenos triples y su equipo se contagió hasta el punto de volver a tomar diferencias. A base de intercambios de triples se llegó a la última jugada del partido que, con el suspense de la revisión por parte de los árbitros incluida, permitió al Banvit llevarse dos puntos sobre la bocina de la mano de Kulig, que pusieron el 34-31 en el luminoso al término de los primeros 20 minutos.

A pesar de ir liderando en el marcador al llegar al descanso, los anfitriones se estaban viendo superados en el apartado del rebote. Les estaba costando imponerse en este sentido a los turcos que, con pívots superiores a nivel físico, llevaban ya ocho capturas ofensivas y superaban en cuatro totales a los laguneros.

Davin White ejecuta un lanzamiento de larga distancia | Fotografía: BCL.
Davin White ejecuta un lanzamiento de larga distancia | Fotografía: BCL.

Igualdad e intensidad en la segunda mitad

El partido se trabó tras el paso por vestuarios. El Banvit salió beneficiado de esto. Muchas faltas, poco juego y, sobre todo, poco acierto, muy poco acierto. Txus Vidorreta comenzó a impacientarse con los árbitros y toda su plantilla mostró su enfado al sufrir San Miguel una falta por supuesto flopping. Esta acción hizo desatar a la grada y sus jugadores hicieron lo mismo. Primero llegó la respuesta de la mano de Doornekamp, que rompió la igualdad de 34-34. Acto seguido fue Grigonis, de nuevo desde más allá de la línea de tres puntos el que catapultó hasta el 40-34 a los suyos.

Vidorreta sorprendió en este momento danto entrada a Niang ‘Petit’ tras un tiempo muerto del conjunto otomano. Quizás la superioridad física de los pívots hizo al preparador vasco probar variantes. A la primera que cazó el senegalés finalizó con un mate que levantó a la grada y aumento el parcial hasta el 8-0.

Niang celebra una acción del partido en el que irrumpió aportando mucho a su equipo | Fotografía: BCL:
Niang celebra una acción del partido en el que irrumpió aportando mucho a su equipo | Fotografía: BCL:

La prueba de la entrada de Petit resultó efectiva. La grada rápidamente se identificó con el jugador y, a pesar de sumar rápidamente tres faltas personales, consiguió ese plus que el equipo necesitaba bajo los aros. Jugando con él como único interior puro, los canarios aguantaron, ganaron en intimidación y continuaron sumando en ataque.

La aparición de Niang en el tercer cuarto aumentó la intensidad del Iberostar

El quinteto insular fue perdiendo fuerzas y Theodore, que lo hacía todo en su equipo, se aprovechó y propició un parcial de 0-6 para su equipo que apretó el partido. Una jugada le quedaba al Canarias, de no mucho más de 6 segundos, para cerrar el tercer cuarto. El balón en manos de White terminó entrando con una inverosímil acción. 51-46 y todo por decidir para el último período.

Las alarmas saltaron en la parroquia aurinegra con el empuje de los turcos, sin embargo, el mejor jugador del partido por el bando local, Marius Grigonis, cogió el testigo una vez más y anotó un triple, puso el 58-53 en el marcador y su punto 18 en lo que llevaba de encuentro.

Grigonis, MVP de la Final Four, celebra una acción de su equipo | Fotografía: BCL.
Grigonis, MVP de la Final Four, celebra una acción de su equipo | Fotografía: BCL.

En un suspiro estaba el partido en los últimos minutos. Las acometidas del Banvit no dejaron a los tinerfeños ni un segundo de tranquilidad. Mucha intensidad y disputa en un final no apto para cardíacos, con una grada entregada que no dejaba a su equipo ni una décima de segundo sin apoyo.

El punto de inflexión corrió de la mano de un Davin White al que equipo y afición deben mucho. El norteamericano se jugó un triple a falta de un minuto con oposición que puso el 63-57 en el marcador. Primera vez en mucho tiempo que se abría una pequeña diferencia en el luminoso.

No pudo hacer más el Banvit y el momento esperado por toda una isla llegó. El Iberostar Tenerife se proclamó campeón de Europa en su ciudad, La Laguna. 63-59 reflejaba un marcador que quedará para la historia, como jugadores, cuerpo técnico y afición.

Bogris presenta el trofeo ante la grada del Santiago Martín | Fotografía: BCL.
Bogris presenta el trofeo ante la grada del Santiago Martín | Fotografía: BCL.

El mejor jugador del partido y el que al finalizar el enfrentamiento terminó recogiendo el premio al jugador más valorado (MVP) fue el joven lituano Marius Grigonis. El escolta aurinegro finalizó el encuentro con 18 puntos y 16 de valoración. Suyas fueron, junto a White, las jugadas más importantes del encuentro.