La clásica del norte de Italia abrirá la temporada 2018 en el país europeo y, además, será la única carrera italiana del mes de febrero. La ausencia de grandes nombres hace que los corredores locales de segundo nivel puedan buscar en el Trofeo Laigueglia su gran oportunidad en casa en este inicio de temporada. En el más de medio siglo de vida de la prueba, los corredores de casa han sido los grandes protagonistas y este año vuelven a ostentar el protagonismo.

Tradicional dominio italiano

Los corredores locales han sido los grandes protagonistas en la historia de la carrera. Hasta en 35 ediciones de la prueba el ganador ha sido un corredor italiano, entre los que destaca Filippo Pozzato por ser el único que lo ha hecho en tres ocasiones (2003, 2004 y 2013). Las 19 ediciones restantes han sido para corredores extranjeros hasta llegar a la 55ª edición que se celebra este domingo. Entre los nombres ilustres destacan Eddy Merckx, con doble victoria en 1973 y 1974, y Lance Armstrong, a quién la sanción por dopaje no le quitó su victoria en 1993 en Laigueglia.

En la última edición fue Fabio Felline quien se alzó con la victoria. El corredor, que lo consiguió con los colores de la selección italiana y no con los de su equipo, atacó en la última subida y la falta de entendimiento en el grupo perseguidor le permitió saborear el triunfo. Romain Hardy y Mauro Finetto fueron los primeros del reducido grupo perseguidor y acompañaron al italiano en el podio.

Fabio Felline venció en solitario en 2017 | Foto: Trofeo Laigueglia
Fabio Felline venció en solitario en 2017 | Foto: Trofeo Laigueglia

Recorrido con alternativas

Pese a no ser una prueba de montaña, los sube y baja de los últimos kilómetros pueden dificultar la tasca de los velocistas puros. En la primera mitad de carrera, los corredores se encontrarán dos grandes dificultades topográficas: Cima Paravenna y Testico, además de una primera ascensión no catalogada como puerto de montaña. En la parte final un circuito con la dificultad de Colla Micheri servirá para determinar el vencedor final.

Los más de 200 kilómetros de recorrido irán desgastando a los corredores, faltos de preparación en este inicio de temporada, y provocarán un gran desgaste en el pelotón. En la fase final, con las fuerzas ya al límite, un ataque en Colla Micheri, como hace un año, puede ser suficiente para romper el grupo e irse en solitario o, en su defecto, en un pequeño grupo cabecero. De no ser así, también cabe la posibilidad de ver un esprint entre un grupo más numeroso, de unos 50 corredores.

Amplio abanico de favoritos

La selección italiana, que venció el año pasado mediante Fabio Felline, vuelve a presentar el cartel más notable de favoritos y, además, con alternativas para distintos desarrollos. Gianluca Brambilla y Moreno Moser pueden buscar sus opciones desde lejos dado a su capacidad en media montaña. Por si no lo consiguen, Niccolo Bonifazio sería la última baza de la selección, con opciones en una llegada masiva. Delante de la posibilidad de la llegada en grupo se abren otras posibilidades como Kristian Sbaragli (Israel Cycling Academy), Francesco Gavazzi (Androni – Sidermec – Bottecchia), Enrico Barbin (Bardiani – CSF) o Simone Ponzi (Nippo - Vini Fantini - Europa Ovini).

Las alternativas del circuito final amplían el abanico de favoritos

Para el perfil de corredor que buscará dar la campanada antes de la meta, destacan Mattia Cattaneo (Androni - Sidermec - Bottecchia), Stefan Denifl (Aqua Blue Sport) o el veterano Stijn Devolder (Vérandas Willems-Crelan). En las filas de AG2R La Mondiale, único equipo World Tour que tomará la salida, no se aprecian grandes nombres y tendrán que confiar en las capacidades del francés Hubert Dupont.