La globalización del ciclismo no tiene límites. El desembarco de la Unión Ciclista Internacional (UCI) hace años en tierras del Oriente Medio, seducidos por los 'petrodolares', tiene su máxima expresión con la disputa del mundial de ciclismo en la cuidad catarí de Doha. Será la primera vez en territorio árabe y segunda vez en el continente asiático tras el Mundial de Japón de 1990.
Dada la ortografía del país catarí, la ausencia de dificultades orográficas hace que los grandes favoritos sean los ciclistas potentes y los sprinters. Solamente la aparición del viento, la arena y el tramo de adoquín artificial -muy liviano comparado con el de Roubaix- darán algo de emoción a las diferentes pruebas.
Cuatro trazados para doce pruebas
El epicentro del ciclismo será en la isla artificial la perla de Catar (en inglés, The Pearl-Qatar) a 350 metros mar adentro de Doha y con una superficie de cuatro kilómetros cuadrados.
Las pruebas junior y sub23 serán íntegramente en la Perla de Catar
La organización se ha basado principalmente en cuatro tipos de recorridos para las doce pruebas que constan los mundiales. Mientras los juniors y sub23 no saldrán de la isla, los élite, al ser pruebas con mayor kilometraje, se sumergirán en la península del país árabe.
Las pruebas contra el reloj comenzarán en el complejo deportivo de Losail -donde se encuentra el ya famoso circuito de motociclismo- para dirigirse después hacía la meta en la Perla, excepto para la contrarreloj individual femenina, que se disputará íntegramente en el interior de la isla artificial.
La ruta, diferente para los élite
La gran diferencia de recorrido entre los participantes se verá acentuado en las pruebas de fondo. Con el mismo criterio que en la crono, tanto los juniors como los sub23 realizarán sus pruebas íntegramente dentro de la Perla.
La diferencia más significativa en cuanto a recorrido será entre las mujeres cuya salida estará en la misma ciudad de Doha para dirigirse directamente hacia la isla artificial. Por su parte, los hombres saldrán de Doha, pero darán un pequeño rodeo por la zona norte de la ciudad.
Desierto, viento y adoquines, los únicos escollos
Las tormentas de arena y el adoquín, únicos obstáculos de los ciclistas
El traslado de fechas de septiembre a octubre evitará el tortuoso calor de Oriente Medio, pero el tiempo es caprichoso y las tormentas de arena pueden influir decisivamente en el devenir de la diferentes pruebas reduciendo su kilometraje. Con la influencia del viento, es probable ver los famosos abanicos del pelotón y poner algo de nerviosismo en los ciclistas que tendrán como último gran escollo el adoquinado de poco más de un kilómetro en el circuito final.
Sin embargo, estas piedras poco se parecen a las del norte de Francia y Bélgica, que ellas solas 'destrozan' un pelotón, por lo que la teoría indica que los ciclistas más veloces del pelotón tienen en sus piernas la capacidad de llevarse el maillot arcoíris.
Durante el pasado mes de febrero, durante la disputa del Tour de Catar, los ciclistas probaron parte del circuito mundialista. El resultado fue un sprint ajustado en favor de Alexander Kristoff (Katusha).