Manuel Sarabia López
1957 Abanto y Ciérvana
Manuel Sarabia López, también conocido como Manu, Manolo e incluso la Pantera Rosa nació en un municipio vizcaíno, concretamente en Abanto y Ciérvana. Se le conoce por su carrera en el fútbol profesional teniendo un gran prestigio nacional, pero sobre todo entre los vascos. Estuvo ligado al fútbol tanto como entrenador como jugador, pero más bien como jugador, un ariete que destacó y pasó gran parte de su carrera en el Athletic Club. Actualmente, comenta los partidos de la categoría de plata para Movistar + y es padre de Eder Sarabia, el ojito derecho de Quique Setién en sus distintas andaduras y por lo tanto el segundo entrenador del FC Barcelona.
En primer lugar, la familia del protagonista, tenía origen en un municipio de Jaén llamado Torres. Su hermano Lázaro, el cual es doce años mayor que él, se quedó a nada de fichar por el Athletic Club en torno a los años 60, pero por la sencilla razón de no haber nacido en el País Vasco, no cumplía la filosofía del conjunto rojiblanco, por lo que, ese fichaje que estuvo tan cerca, no se pudo hacer realidad.
Su primer pasaje en el fútbol
Sarabia empezó a dejar huella y por lo tanto dio sus primeros pasos en la Sociedad Deportiva San Pedro, un equipo que se situaba y se sitúa en el municipio de Sestao. Ya en 1974, siendo mayor de edad, comenzó a formar parte de la disciplina rojiblanca. Estuvo dos campañas en el filial, en el cual se convirtió y destacó por su faceta goleadora, de hecho, en su segunda temporada marcó la friolera cifra de 19 tantos. Sus grandes actuaciones con el filial hicieron que el 19 de septiembre de 1976, en un encuentro de la competición liguera frente al Málaga CF en San Mamés y de la mano de Koldo Aguirre se hiciese realidad su debut con el primer equipo. Ese mismo técnico por el que fue dirigido en el filial y el que le hizo debutar en la máxima categoría, apenas le volvió a dar oportunidades en una campaña en el que los rojiblancos alcanzaron la final de la Copa del Rey y de la UEFA. Esta falta de minutos, obligó a la directiva a buscarle un nuevo destino y así fue, en la 77-78 fue cedido al Barakaldo CF, equipo donde logró mandar el balón al fondo de la red 14 veces, dos menos que su compañero Bengoetxea que también estaba cedido por el Athletic. En la vuelta al bando rojiblanco, le fue muy complicado hacerse un sitio en el once inicial, tanto como con Koldo Aguirre como con el austriaco Helmut Senekowitsch.
Fue uno de los futbolistas que formó parte del histórico equipo bilbaíno que a comienzos de los años ochenta logró alzarse con dos títulos de Liga consecutivos, en la 82-83 y 83-84, una Copa del Rey en la 83-84 y una Supercopa de España en la 84/85. A lo largo del curso 85-86, con Javier Clemente al mando del conjunto rojiblanco, vivió un grave conflicto precisamente con el técnico de aquel entonces, ya que, Sarabia era un jugador que se caracterizaba por su grandísima calidad técnica e individual y el entrenador le solía utilizar como revulsivo, una de las razones que provocó mucha tensión en la relación del jugador con el técnico de Barakaldo. A raíz de ello, el delantero centro, fue apartado del equipo, pero poco después este problema se solventó, después de que en enero de 1986 el club tomase la decisión de destituir al técnico.
Después de ese altercado, aguanto en el club rojiblanco dos campañas más, llegando a alcanzar las doce temporadas defendiendo la elástica rojiblanca. Además, anotó la cifra de 118 goles en 382 partidos, dato que le sitúa actualmente en la decimoquinta plaza de los goleadores históricos del club, empatado con Fernando Llorente. Tras abandonar la entidad bilbaína, puso rumbo a La Rioja, concretamente para militar durante tres temporadas en el CD Logroñés y poner fin a su carrera como futbolista en el año 1991.
Cambio de rol, ahora a dar ordenes
Al igual que muchos otros jugadores, no pudo deshacerse del deporte que amaba tan fácilmente y después de retirarse ejerció el oficio de entrenador. Inició su andadura como técnico dirigiendo al filial rojiblanco en las últimas once jornadas del curso 94/95, fecha en la que José María Amorrortu ascendió al banquillo de la primera plantilla. La directiva contó con el para la temporada siguiente, precisamente no gozaron de un buen año y a consecuencia de ello sufrieron el descenso de categoría, también estuvo parte de la temporada 96/97.
A mediados de la temporada 99/00, se incorporó al Club Deportivo Badajoz que militaba en la categoría de plata, para finalizar la temporada en lugar del destituido Juan Generelo. A mitad de la temporada 01/02 fichó por el CD Numancia, club al que consiguió mantener en la categoría, razón por la que decidieron renovarle. A pesar de ello, fue cesado poco después de comenzar la siguiente temporada, ya que, el equipo se encontraba en la zona baja de la clasificación encadenando una mala racha de resultados. La entidad de Soria fue el último equipo al que dirigió después de abandonar esa profesión y dedicarse a ser comentarista deportivo tanto como para Canal + como para Movistar +.
Su paso por La Roja
También estuvo presente en la selección nacional, fue internacional con la sub-21 en dos ocasiones y disputó un total de cuatro partidos con la selección olímpica. El 16 de febrero de 1983 fue el día en el que debutó con la absoluta, en un encuentro frente a los Países Bajos. Disputó un total de 15 partidos con España, anotó dos goles, uno de ellos en el histórico 12 a 1 contra Malta en 1983. Además, fue uno de los integrantes que formó parte del combinado español que se proclamó subcampeona de la Eurocopa de 1984. La última vez que defendió la elástica de la roja fue el 18 de diciembre de 1985 en una victoria frente a Bulgaria por 2 a 0.