Sin nada en juego, Nápoles y Cagliari se enfrentaban en un partido intranscendente en la clasificación. El partido se iba a jugar en un clima raro. San Paolo no rugía. Los incidentes del pasado sábado en Roma dejaron la grada helada. No habían pancartas de la Curva A ni de la Curva B. Un nombre estaba por encima del resto: Ciro Esposito.

San Paolo esperaba la salida de sus jugadores en silencio. Ni un cántico a favor de los suyos. Nada. Ciro Esposito, herido de bala en la final de Coppa, estaba en la mente de todos los 'tifosi'. Se desplegaron numerosas pancartas en las cuales se pedía que no se rindiese ("Ciro non mollare"). El partido empezó sin emoción y sin animación.

Cuando el Napoli quiso llegaron los goles

Con tres puntos innecesarios en juego, ambos equipos salieron fríos. El ambiente les dejó helados. Los primeros minutos fueron de trámite, sin tensión alguna. El Nápoles dominaba la posesión pero no hacía grandes esfuerzos para llegar a la portería de Silvestri. Llegados al minuto 20, el Nápoles decidió poner una marcha más al partido. La superioridad fue total y absoluta.

Pandev iba a ser el encargado de romper la defensa visitante una y otra vez. Ayudado por Hamsik, muy activo en la creación, iba a llegar el primer gol. Un buen pase entre líneas del eslovaco iba a dejar solo ante Silvestri al macedonio. Pandev fue derribado y el colegiado señaló penalti. Mertens, el día de su 27º cumpleaños, sería el autor del gol.

Con el Nápoles puesto en faena, el segundo gol era cuestión de tiempo. Y nuevamente apareció Pandev. Un error defensivo del Cagliari dejó el balón en bandeja a Callejón, que le dio un buen pase de la muerte a Pandev. El macedonio empujó el balón al fondo de la red y celebró el gol con sus compañeros. El público, poco pendiente del partido, no celebró con mucho estusiasmo ninguno de ellos. No hubo cánticos a favor del Nápoles, el ambiente estaba enrarecido. Triste.

'Pandevmonio' volvió a aparecer para sentenciar

El demonio de Tazmania volvió a convertirse en Goran Pandev. Tras provocar un penalti y marcar un gol, quería más. El macedonio provocó un segundo penalti que, además, supuso la expulsión de Silvestri. El partido estaba más que encarrilado. Esta vez, el encargado sería Hamsik. El eslovaco disparó fuerte pero directamente al larguero para aumentar su mala racha goleadora. El jugador no marca en Serie A desde el 2 de noviembre de 2013.

Un minuto después, y haciendo gala de uno de los mejores recursos de este equipo, Dzemaili iba a marcar a la contra. Pandev soltó un latigazo en la frontal que rechazó Avranov, pero dejó el gol en bandeja al suizo. El tercero fue la sentencia de un partido que confirmó al Nápoles como equipo de Champions la próxima temporada.

Los últimos 20 minutos sirvieron para que Benítez probase. Hamsik pasó al doble pivote pero la apatía visitante no ayudó a dejar buenas conclusiones. Cuando San Paolo no ruge, el ambiente se enrarece. A pesar de mostrar la Coppa Italia ganada el pasado sábado, no había ganas de fiesta en Nápoles.