Está el 'diez' que ni es delantero ni es centrocampista, es volante. Está el arquero que usa los pies y que inmortaliza en Amadeo Carrizo fintando a Boca, dejando en el Monumental el germen de lo que son hoy quienes se enfundan la zamarra con el 'uno' atrás.

Pero sin duda, hay un argentino que nunca muere en el fútbol. Un argentino que ha vestido sin rubor los colores de Independiente, Racing, River, Boca y San Lorenzo. Él, el Cinco Argentino, está ahora desaparecido y la albiceleste lo siente en cada partido, en cada salida del balón.

Sí, porque Argentina sufre y resiste en el gran escaparate Mundial con los chispazos de quien porta el dorsal que más nombre tiene. Atrás hay compostura, experiencia y buen hacer. Adelante hay pavor, hay respeto, una tensión casi latente en las zagas que se enfrentan a la bicampeona. En medio de todo...

Entre Gago y Biglia

Ahí tan sólo queda un Jefecito imperial mantiene unidos ambos extremos del campo. Al lado de Mascherano hay vacío, pesan los nombres que han ocupado el lugar del cinco clásico. Ni Fernando ni Lucas. Entre Gago y Biglia se debate Sabella, mientras los argentinos sufren hasta estallar en la alegría que supone seguir adelante otra fase más de una Copa del Mundo.

No es asunto baladí lo que preocupa a la hinchada sudamericana. Portar ese mítico número implica ser el inicio del juego, el hombre que se ofrece y distribuye. Es ser el jugador que debe marcar el ritmo del encuentro y el que hace jugar al resto. Y es el hombre que ahora mismo falta entre las grandes dosis de talento que tiene el fútbol albiceleste esparcidas por el mundo.

Lucas Biglia en el Argentina – Suiza. Foto: Clive Rose | Getty Images.

Esta posición que en su propio nombre le relaciona con un país, no está unida únicamente así a Argentina. La crisis futbolística que vive la Primera División se refleja en las pocas opciones de su seleccionador para ocupar ese lugar sobre el césped. Los Verón, Redondo y compañía quedan lejos en el tiempo, Cambiasso ya acusa los años y la generación actual no acaba de rerdir.

El dibujo tampoco ayuda

Ahora el seleccionador Sabella escogió a Gago y a Biglia, sin que ninguno convenza del todo a la parroquia albiceleste. Ambos de la hornada de 1986 y a sus 28 años, no tienen a nadie que les discuta pese al bajo nivel del primero y la irregularidad del segundo. Tras el partido de los octavos, con Argentina más consistente, todo apunta a que será Lucas quien ocupe esa posición otra vez.

Gago en uno de los partidos de este Mundial. Foto: Alex Grimm | FIFA.

Seguramente, justificarlo todo con el nivel individual de ambos es no ajustarse a la realidad de un deporte en equipo. El casi impuesto 4-2-4 deja "desnudos" a jugadores con buen golpeo de balón, pero que siempre se destacaron por la asociación en corto.

Pero Sabella ya hizo su elección hace tiempo y con ellos se han plantado en las semifinales de un Mundial. Además en estos partidos importantes en los que todos esperan a Messi o Robben, es más habitual que se presente un invitado sorpresa para decir el encuentro. Fernando y Lucas. Gago y Biglia. Para convencer, Argentina necesita que uno de ellos sea lo que debía ser: el cinco argentino.