Se acerca una nueva temporada para el Manchester United, y en esta ocasión será un llamado para reencontrarse con la gran historia del club que pretende retornar a los puestos de categoría, esos que ocupó por casi 20 años tanto en Inglaterra como en el exterior.

La leyenda de Sir Alex Ferguson en el banquillo de Old Trafford quedó en los libros de historia como el técnico de mayor recuerdo en el planeta por su planteamiento en el campo, su carisma y personalidad que le dieron el respeto de colegas y rivales.

Ahora la afición quiere escribir una nueva página de gloria de la mano de Louis van Gaal, un entrenador con mucha experiencia en la línea dirigiendo a equipos que se coronaron campeones, y el holandés espera que con los diablos rojos culmine con broche de oro su exitosa y polémica carrera.

AZ Alkmaar, la primera experiencia en un banquillo

Van Gaal dejó a un lado su carrera como jugador, donde paso por cinco clubes en 16 años, retirándose en el AZ Alkmaar, equipo que era dirigido por Hans Eijkenbroek y quien le dio la oportunidad de empezar su nueva vida detrás de la línea del campo.

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El holandés fue asistente técnico de Eijkenbroek hasta 1989 cuando el entrenador principal dejo el cargo al terminar la temporada de la segunda división donde ya había sufrido el descenso en 1988 y en esta ocasión se quedó en la parte media de la tabla de posiciones.

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Allí, van Gaal aprendió mucho sobre la dirigencia de un equipo, las tácticas y estrategias de juego que hasta hoy sigue imponiendo en sus clubes.

Ajax, el nacimiento de una nueva estrella en el banco

Luego de la salida de Eijkenbroek del AZ Alkmaar, Van Gaal fue llamado por el famoso Leo Beenhakker para asistirlo en el Ajax de Ámsterdam, una oportunidad de seguir aprendiendo en un club de tan alto nivel y reconocimiento como lo es el tricampeón europeo y gran expositor del ‘Fútbol Total’ en la década de 1970.

Con Beenhakker, consiguió como su asistente técnico el título de la liga, en 1990 en una emocionante temporada en la que lograron arrebatarle el trofeo al PSV Eindhoven por un solo punto, la primera alegría del holandés, quien saboreaba su gran victoria. Aunque la alegría no fue tan grande, pues en septiembre de 1989 el portero austríaco Franz Wohlfahrt fue golpeado y herido por una barra, tirada por un simpatizante local en el partido contra el Austria Viena por la Copa de la UEFA, lo que le costó al Ajax su participación en competiciones europeas por un año.

Se fue Beenhakker y llegó la hora de dirigir

En septiembre de 1991, Leo Beenhakker dejó su cargo tras un pésimo comienzo de temporada, y quien lo reemplazó fue el joven Louis van Gaal, logrando su primera experiencia como director técnico en uno de los clubes más exitosos de Holanda, un reto muy difícil para alguien que solo tenía tres años en el banquillo siendo asistente técnico.

Finalizó la liga con 55 puntos en el segundo puesto, dejando una buena primera impresión al encargarse de un equipo que llevaba dos años sin volver a conquistar el trofeo de la Eredivisie, pero que estaba a punto de ver una nueva era de éxito jamás antes vista en 20 años.

En 1993, saboreó su primer título internacional en la Copa de la UEFA, venciendo en la final al Torino, de Italia, haciendo una campaña de ocho victorias y cuatro empates, con un equipo conformado por Danny Blind, Frank de Boer y Dennis Bergkamp. En ese mismo año también lograron la Copa y Supercopa de Holanda, y al grupo exitoso de futbolistas aparecieron algunos como Jari Litmanen, Patrick Kluivert, Marc Overmars, Clarence Seedorf y Edwin van der Sar, completando un equipo que superó cualquier expectativa.

En 1994, recobró el título de la liga luego de cuatro años, y junto con la Supercopa ganada, el club y la afición estaban preparados para dar el gran salto europeo, un objetivo esquivo desde 1973, cuando Johan Cruyff lideró al cuadro holandés a su tricampeonato internacional.

Llegó la Liga de Campeones en 1995, un torneo que en 22 años fue el sueño de los holandeses por recuperarlo, y el camino iniciaba bien con el invicto en la fase de grupos de cuatro victorias y dos empates, enfrentando al poderoso Milan, el AEK Atenas y el Salzburg de Austria. En los cuartos de final, superó sin problemas al Hajduk Split de Croacia, y para las semifinales dio un verdadero golpe de autoridad al Bayern Munich al golearlo en Ámsterdam por 5-2, luego de igualar sin goles en tierras alemanas.

En el Estadio Ernst Happel de Viena, se jugó la gran final contra su rival de la primera ronda, actual campeón y en ese entonces mejor club del mundo, el Milán de Italia, un equipo que era la base de la selección italiana y contaba en sus filas con leyendas del fútbol como Franco Baresi, Paolo Maldini, Roberto Donadoni y Daniele Massaro.

El partido fue complicado, de mucho nivel y una muestra de la escuela italiana contra la nueva institución holandesa comandada por van Gaal, y quien ingresó a Kluivert al 65’ para que en los últimos cinco minutos anotara el gol del título, una meta conseguida y que colocó al entrenador holandés en lo más alto del fútbol. Pero el año no acabaría ahí, pues luego llegó la Supercopa de la UEFA ganada al Zaragoza, de España, por global de 5-1, y finalmente la coronación mundial con la Copa Intercontinental al Gremio de Brasil en Japón por penalties (4-3).

Con la obtención de la Eredivise en 1996 una vez más, Louis van Gaal finalizaba su paso triunfal y maravilloso por el Ajax con tres ligas, una copa, tres supercopas nacionales, una Liga de Campeones, una Copa UEFA, una Supercopa Europea y una Copa Intercontinental, además de la aparición de nuevas estrellas mundiales y el renacimiento del nuevo poderío holandés.

Barcelona, entre títulos y críticas

El éxito de Louis van Gaal tuvo eco en todo el mundo, sobre todo en Cataluña, donde el Barcelona se interesó en el holandés y lo contrató con el objetivo de hacer lo mismo que hizo en el Ajax y devolverle el poderío a los catalanes en España. En 1997 debutó el entrenador con los barcelonistas, y en su primera temporada consiguió el doblete de la liga con 74 puntos, aferrándose desde el inicio hasta el final con el primer puesto en una campaña impresionante, y la Copa del Rey, superando en la final al Betis por 3-2 en el Santiago Bernabeu.

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También ganó la Supercopa de Europa al Borussia Dortmund por 3-1 en el global, culminando su presentación en el Barcelona con tres victorias contundentes y esperanzadoras a llevarlos al olimpo del triunfo.

Al siguiente año revalidó el trofeo de la liga española con 79 puntos, 11 más que el Real Madrid en el segundo puesto, donde tuvo un flojo inicio pero iniciando 1999 se quedó con el liderato para mantenerlo hasta el final.

Su última temporada también fue muy buena al llegar a las semifinales de la Copa del Rey y de la Champions League, además de disputar la liga con el Deportivo La Coruña, pero se quedó en blanco y tuvo que dejar el cargo. Las críticas de la prensa sobre su forma de trabajo, exigencia y mala fama de ser terco e intransigente fueron muy difíciles para que Van Gaal hiciera su trabajo, y con la despedida sin títulos y el recuerdo de la nómina de nueve jugadores de campo y dos porteros en la Copa que por poco le valió la sanción de la RFEF, culminó su primera etapa.

Su regreso al Camp Nou no fue el esperado

Luego de una temporada de descanso y el fracaso con su selección en 2001, regresó al Barcelona bajo el recuerdo de sus títulos, pero con la nube negra de la prensa que le auguraba otro fracaso, algo que ocurrió en solo 30 partidos que estuvo, dimitiendo a mitad de temporada por las constantes críticas y reclamos de la afición por la salida de Rivaldo, su gran pilar, y la forma estricta como dirigía.

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El buen hijo volvió al AZ Alkmaar para recobrar su estatus

En 2005, Van Gaal firmó con el AZ Alkmaar, el club que lo vio retirarse como jugador y nacer como asistente técnico. El holandés consiguió el segundo puesto en la liga en 2006, y de nuevo en 2007 al perder el título en la última jornada, resultados antecesores al gran triunfo de 2009, rompiendo la hegemonía de los clubes grandes y devolviéndole la confianza al entrenador de que mantiene su toque de éxito.

AZ Alkmaar

Con el subcampeonato de la Copa de Holanda y el título en la Supercopa, se retiraba del banquillo por la puerta grande y con su nombre en los diarios del mundo entero.

Bayern Munich, un nuevo reto con los grandes

El Bayern Munich, poderoso club de Alemania, lo contrataba por dos temporadas para que le diera una nueva alegría internacional tras nueve años de sequía, y por poco lo logra en su primera temporada ya que perdió la final de la Champions League en Madrid contra el Inter de Milán que era dirigido por José Mourinho, su traductor en su paso por el Barcelona.

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Aunque no todo fue tristeza, pues consiguió la Bundesliga y la Copa alemana en ese año, manteniendo su puesto, que estuvo tambaleando al comienzo por los malos resultados.

Su siguiente temporada la inició bien con la victoria en la Supercopa nacional, pero una vez más la pésima campaña que casi le cuesta al club su clasificación a la Champions League, dio para su salida en 2011 sin dejar mucho del recuerdo, aunque con una base de jugadores que fueron exitosos en los próximos años.

Manchester United, el último gran reto

Tras el éxito en Brasil 2014 con Holanda, Van Gaal fue contratado por el Manchester United, el equipo más laureado de la Premier League y uno de los mejores del mundo.

El holandés tenía como reto arreglar el desastre de David Moyes de la temporada anterior e iniciar la nueva época de éxitos que Sir Alex Ferguson consiguió en 27 años en el banquillo de Old Trafford, y pese a los malos resultados, críticas de la prensa, problemas con muchos jugadores estelares, eliminaciones en la FA Cup y Capital One, lesionados y su forma de ser exigente y estricta, alcanzó el cuarto puesto en la liga para meter al equipo en la fase previa de la Champions League.

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Aunque tenía una buena nómina y su sistema de juego finalmente se acomodó de la mejor manera, sigue en deuda con el equipo pero con la confianza de lograr varios trofeos para escribir su nombre en el libro de ganadores de los diablos rojos.

Holanda, una relación de amor y odio

Louis van Gaal arrancó su paso por Holanda en julio del 2000, teniendo como reto la clasificación al Mundial de 2002.

Los resultados fueron buenos, pero no suficientes, ya que cayó ante rivales directos como Irlanda, selección que al final le arrebató el pase a la repesca, dándole el fracaso más recordado para él en su carrera como entrenador y que le costó su puesto.

Pasó una década para que la federación holandesa le volviera a contratar, con la confianza de no tener resentimientos y el apoyo de todos para jugar la Copa Mundial de 2014, con el sueño de mejorar lo hecho en Sudáfrica 2010 con el subcampeonato. Las eliminatorias fueron impresionantes, al quedar primero de su grupo con 28 puntos, producto de nueve victorias y un empate, recordando la goleada a Hungría de 8-1 y una nómina hecha para ganar en donde estuviera. En el Mundial las cosas no pudieron ser mejores, empezando con la revancha de la final de Sudáfrica ante España, donde no tuvieron piedad de los campeones y los humillaron con un 1-5 más que sublime con toda la muestra del fútbol holandés y de Van Gaal.

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A partir de allí consiguieron puntaje perfecto en la primera fase, pasaron de forma polémica los octavos ante México por 2-1, con el penalti de Robben, y los cuartos de final en los penalties contra la sorprendente Costa Rica.

Para las semifinales, no superaron a los argentinos y cayeron en la tanda de penalties por 4-2, pero concluyeron su participación goleando a los anfitriones brasileños por 3-0, obteniendo una medalla de bronce que sintieron como si fuera ese trofeo tan esquivo para su país.

Con el Manchester United se acaba la historia

En marzo de este año, Louis van Gaal anunció que los diablos rojos serán su último club antes de retirarse como entrenador, y según él, será al terminar su contrato en 2017.

Para cuando termine en dos años, finalizará una carrera donde los éxitos han sido muchos, los trofeos levantados, los goles cantados y los abrazos dados a sus jugadores, pero también con las críticas de prensa, futbolistas y dirigentes sobre su forma de ser que le ha dado su fama.

Con su juego de ataque y equilibrio de mediocampo, se ha ganado su estatus en el mundo, su nombre entre los mejores y un gran recuerdo por donde pasa, así que en el Manchester United dará su última gran pelea para cerrar su libreta de apuntes para siempre y jugar golf en las playas de Portugal, donde él dice estará cuando se vaya de los banquillos.

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