El Vesubio irradiaba un haz luminoso, brillante, de color distinto al habitual. El cielo italiano se teñía de un azul celeste a comienzos del 2016. El Napoli, lideraba la tabla de Serie A. Tras un año 2015 de luces y sombras, los azzurri arrancaban esta nueva 'primavera' desde lo más alto del calcio. Añadir a esto que, en Coppa accedieron a la fase de cuartos de final, donde esperaba el Inter; y, en Europa League, tras hacer un pleno de puntos, aguardaba en dieciséisavos el Villarreal. 

Con este breve resumen, se podría decir que el año 2016 comenzaba relativamente bien para el Napoli y la ciudad de Nápoles. Pero, de pronto, en el mes de febrero todo comenzó a torcerse. Sarri acusaba el poco fondo de armario con el que contaba, 'tirando' prácticamente siempre del mismo once, el cual se sabía todo el mundo de memoria. Pero la carga de partidos hizo que todo se viniera abajo. 

La cuesta de febrero...

Antes de llegar al mes de febrero, el Inter ya se encargó de apear al Napoli de Coppa en cuartos de final. Los nerazzurri se impusieron por 0-2 en el San Paolo, gracias a los goles de Jovetic y Ljajic -hoy en el Torino-. A pesar de ello, en su vuelta a la Serie A, encadenaron cuatro victorias consecutivas, las cuales les hacían maneter el liderato bajo su poder.

Pero llegó el duelo del año. El Napoli viajaba a Turín para medirse a la Vecchia Signora, la cual acechaba. Añoraba su trono, mantenido durante cuatro años consecutivos (serían finalmente cinco). Los tres puntos se quedarían en el norte de Italia tras el tanto de Zaza en el últim suspiro. El Napoli, caía así a la segunda posición.

Zaza celebra la victoria ante el Napoli. / Foto: juventus.com
Zaza celebra la victoria ante el Napoli. / Foto: juventus.com

Una semana que se convertiría en trágica, ya que la misma en la que perdía el liderato, perdía también en la ida de los dieciséisavos de Europa League ante el Villarreal (1-0). La siguiente, tampoco mejoraría la situación. Un empate a uno ante el Milan le alejaba más del Scudetto; acto seguido, también eran elimandos de la competición europea tras el empate cosechado en el San Paolo frente al 'Submarino Amarillo' (1-1). También, encadenarían otro empate en su visita a la Fiorentina al Artemio Franchi (de nuevo, otro 1-1). 

Clave derrota en Udine

Quizás el punto de inflexión y, la 'rendición' en su lucha por el Scudetto, vino con la derrota que encajó en Udine. El 3-1 de los friulani dejó muy tocado al Napoli, que veía como la Juventus se distanciaba cada jornada más y más. Además, el 'Pipa' era sancionado con varios partidos tres su expulsión.

Finalmente, cinco victorias y dos derrotas más fueron su bagaje a raíz de ese partido, lo que les mantuvo en la segunda plaza y, por tanto, lograron el billete para la fase de grupos de Champions League. El cual, tuvieron que luchar hasta el último momento con la Roma de Spalleti.  Un dato importante y que pasó a la historia fue el récord de goles en una temporada en Serie A que logró Higuaín, con 36, superando el del sueco Nordahl (35). 

Higuaín superó a Nordahl en el récord de goles en una temporada en Serie A: 36

Llegó el mercato y la venta de Higuaín

Fue un calciomercato convulso y movido el vivido en Nápoles durante los meses de verano. Comenzaron a salir los rumores de que la Juventus se estaba planteando abonar la cláusula del delantero argentino. De Laurentiis, incluso Marotta (director deportivo de los bianconeri), negaban este supuesto interés. Pero como suele suceder en el mundo del fútbol, cuando se niega algo, es que esconde cierta verdad. Y así fue, semanas más tarde se hacía oficial el fichaje de Gonzalo Higuaín por la Juventus.

90 millones de euros llenaban las arcas del Napoli para reestructurar el equipo y, así, ampliar ese fondo de armario que tanto se echó de menos la pasada campaña. Maurizio Sarri recibiría en su equipo jugadores como Zielinski, Diawara, Giaccherini, Rog, Maksimovic, Tonelli. Pero el fichaje estrella sería el de Arkadiusz Milik. Llegaba del Ajax por cerca de 32 millones. Venía para llenar el hueco huerfano que dejó Higuaín. 

Arkadiusz Milik en un partido con el Napoli. / Foto: uefa.com
Arkadiusz Milik en un partido con el Napoli. / Foto: uefa.com

Invicto en las primeras jornadas

Con la nueva temporada en marcha -tras una pretemporada inmaculada, contando todos los partidos por victorias-, el Napoli 'salvaba' un empate en su primera jornada ante el Pescara (llegó a perder 2-0, pero Mertens logró la igualada final). Pero a raíz de ello, la maquinaria 'Sarrista' empezaba a carburar.

Tras ello, cuatro victorias en Serie A (Milan, una de ellas) y un empate, lo que les mantenía en los puestos altos de la tabla. Mientras, en Champions sumaban seis de seis puntos: ganaron en Kiev (1-2), y al Benfica en el San Paolo (4-2). El Napoli funcionaba y gustaba. Milik hacía olvidar a Higuaín con sus goles. También Callejón aportaba su granito de arena con su buen momento en modo cannonieri

Negro mes de octubre

Sin embargo, el cambio de mes supuso un palo en la ciudad de Nápoles. Tras encajar su primera derrota de la temporada (3-2 ante la Atalanta), llegaba el típico parón por selecciones. La parroquia partenopea se echaba las manos a la cabeza y veía como Milik se lesionaba de gravedad en un partido con Polonia que le enfrentaba a Dinamarca. Los gestos de dolor del polaco hacía presagiar las peores noticias. Y así fue. Lesión del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. El tiempo estimado de baja era alrederor de seis u ocho meses. 

Todo se torcía. Y por si fuera poco, la Roma se llevaba el Derby del Sole por 1-3. También, esa semana caían 2-3 ante el Beşiktaş en la tercera jornada de Champions (era la primera derrota del Napoli en su historia en la máxima competición europea). El mes de octubre seguía, y todavía tenían que visitar el Juventus Stadium. Después de dos victorias (Crotone y Empoli), hincaría rodilla ante la Signora (2-1). Los engranajes del equipo no funcionaban. Ni el falso nueve de Mertens, ni Gabbiadini (en sequía goleadora), 'tapaban' el hueco de Milik. Los goles, por tanto, no llegaban. Y unido a todo esto, se encontraban los fallos en la zaga. La única buena noticia que se podía rescatar, era el buen papel que ejercía Amadou Diawara que, con sus 19 años, le estaba ganando el puesto de regista a Jorginho, imprescindible la temporada pasada. 

Luces de Navidad 

En cambio, los meses de noviembre y diciembre traían buenas sorpresas. La Navidad se acercaba, y parecía que Papa Noel tenía ganas de visitar Nápoles. Se lo merecían. Un empate en Estambul frente al Beşiktaş (1-1), les mantenía vivos por su lucha por acceder a los octavos. En Serie A, también empataban a uno en su recibimiento a la Lazio. A pesar de no ganar, el equipo ya no adolecía la falta de creatividad del pasado mes. La maquinaria ya engrasaba bien las piezas. Así, lograban una importante victoria ante el Udinese, en el siempre difícil Dacia Arena. Llegaban dos partidos en casa. El San Paolo tenía que ser un fortín. Ambos había que ganarlos para acortar puntos a los Juventus, Milan, Roma... Pero el Sassuolo sacaría un empate. Ya en la siguiente jornada, se golearía al Inter (3-0), dando una gran moral para el partido vital que les esperaba en Champions. 

Tras un empate en casa ante el Dinamo Kiev (0-0), dejaba vivos dos billetes para los octavos de final en el Grupo B. Napoli, Benfica y Beşiktaş se lo disputaban. Los dos primeros, se medían en el Da Luz. Los turcos visitaban Kiev. Los azzurri cumplieron con su parte y vencieron en Lisboa por uno a dos . Los lusos les acompañarían, después del 6-0 que le endosó el Dinamo Kiev. Pasaría, por tanto, como líderes del Grupo B. Así, se aseguraban la vuelta de los octavos en el San Paolo. 

Los jugadores 'azzurri' celebran la clasificación para octavos sobre el césped del Da Luz. / Foto: sscnapoli.it
Los jugadores 'azzurri' celebran la clasificación para octavos sobre el césped del Da Luz. / Foto: sscnapoli.it

El Real Madrid esperará en octavos

El año se cerraba en el sur de Italia con felicidad. Su Napoli goleaba a Cagliari (0-5) y Torino (5-3) con un mágico Mertens. Un hat-trick ante los rossoblù y un póker frente al toro. 15 goles del belga en lo que va de temporada (ya supera sus números de las pasadas temporadas). Los sureños finalizaban el 2016 con un empate a tres en Florencia. Un punto que les coloca terceros con 35 unidades.

A su vez, los partenopei están desplegando un gran juego, con ese 'Sarrismo' que implantó el técnico desde su llegada: ganar los partidos a través de la posesión, tocando rápido, basándose en automatismo y rápidas transiciones. No sólo brillaba Dries Mertens, quien parece haberse acoplado a las mil maravillas a la posición de falso nueve, sino que también se esncuentran a un gran nivel los Callejón, Insigne, Hamsik, Zielinski...

Además, el regalo que traía Papa Noel en su saco era la pareja que les esperaba en los octavos de Champions Leage. Nada más y nada menos que el Real Madrid, vigente campeón de Europa y del Mundo. Pero eso será en el mes de febrero. Hasta entonces, todavía tendrán que comenzar el año 2017 con la mente en Serie A y la Coppa (espera La Spezia en octavos).

Pero lo mejor es que también se espera la visita de los Reyes Magos. Y es que cada uno trae una sorpresa. Leonardo Pavoletti llegará al Napoli en enero por cerca de 15-18 millones (procede del Genoa); Leandrinho, medio centro ofensivo, llegará del Ponte Preta brasileño; y, quizás la que más ilusión genera, es la de como la recuperación de Milik se acerca, quien acorta cada vez más plazos. Desde luego, los ingredientes están para disfrutar de un nuevo gran año en Nápoles.

Once ideal 2016