Partido de los que hacen afición el que hemos visto la noche de este martes en París entre PSG y Barça en un choque en el que los parisinos han barrido de la pista a los azulgranas, que tienen el pase a Cuartos prácticamente imposible tras el 4-0 recibido esta noche ante un equipo que salió a morder desde el primer minuto y que firmó uno de los mejores partidos de su historia ante un Barça que no existió sobre el césped de París.

Los de Emery supieron secar esta vez al Barça desde el inicio y no dejó opciones a la MSN en ataque ya que apenas cedió espacios en defensa y supo golpear a los catalanes a la contra con su velocidad y con los pases de Verratti, que dio una lección magistral en el centro del campo de principio a fin, pese a las bajas tan importantes que tenía hoy el equipo francés en defensa y en el pivote defensivo, ya que ni Motta ni Thiago Silva pudieron ser de la partida.

Los parisinos dieron un auténtico espectáculo en todos los ámbitos del juego y dominaron a un Barça irreconocible, que puede despedirse ya de la competición europea. El 4-0 es una losa muy grande para los barceloneses, que deberán buscar la remontada en el Camp Nou, donde tendrán que ganar 5-0 para remontar la eliminatoria.

El Barça no apareció en París. Foto: (psg.fr)
El Barça no apareció en París. Foto: (psg.fr)

Dominio parisino

Desde el inicio del partido los parisinos controlaron y dominaron el partido y el tempo del mismo, sin dar opciones a un Barça desdibujado que no olió el balón en todo el partido. Los franceses golpearon pronto a través de una falta a 20 metros del área visitante para hacer el 1-0 a través de un lanzamiento magistral de Di María que dejó parado a Ter Stegen.

Los parisinos se vinieron arriba con el gol y siguieron ejerciendo presión en todo el campo para no dejar al Barça hacer su juego con el balón, con Matuidi molestando en la salida del balón desde atrás del equipo de Luis Enrique. Gran planteamiento el que ofreció Emery ante su particular bestia negra sabiendo cortar todas las líneas de pase y buscando las contras.

Draxler sentenció tras beneficiarse de otro contragolpe y puso el 2-0 de forma magistral al cruzar un balón ante Ter Stegen con un golpeo duro y seco que hizo mella antes del descanso y llevó la locura a las gradas parisinas.

Di María fue una pesadilla para el Barça. Foto: (psg.fr)
Di María fue una pesadilla para el Barça. Foto: (psg.fr)

Fiesta en París

Tras el descanso se esperaba una reacción blaugrana que no llegó, pero lo que sí llegó fue el tercero del PSG de nuevo en las botas de Di María, que marcó su segundo golazo de la noche gracias a un zurdazo que volvió a sacudir a la portería de Ter Stegen y con el que sentenciaba el partido. El argentino se reivindicaba de esta manera y dejaba paso a Lucas Moura tras darse una paliza de correr en el campo.

El Barça no era capaz de acercase a portería y sólo algunos destellos de Neymar daban algo de esperanza a los catalanes, y es que ni Messi ni Iniesta eran capaces de crear juego, siempre muy vigilados por un PSG muy solidario en la presión y con ayudas constantes en el centro del campo, donde Verratti manejó a su gusto el control del choque.

Emery siguió exigiendo a sus hombres para que no cayesen en la relajación, sabedor de la importancia de no conceder un gol en su propio campo para poder pasar la eliminatoria en el Camp Nou. Cada contragolpe era un peligro brutal para el Barça, ya que las bandas, en especial la derecha, fueron un colador para alegría de los extremos parisinos, sobre todo para un Draxler que bailó con el balón en los pies.

En una de esas ocasiones, Meunier se deshizo de sus rivales y llegó hasta el área rival para ceder un balón a Cavani dentro del área que el uruguayo coló en la meta rival para hacer el cuarto y definitivo gol de la noche y hundir más al Barça.