El partido entre Tottenham y Everton abrirá el domingo futbolero de la jornada 27 de la Premier League. Dos equipos a los que les gusta jugar a partir del dominio del esférico para conseguir la victoria. Se antoja un partido intenso en el que la pelea y la intensidad en el centro del campo seguramente sean las claves para desequilibrar la balanza.

Unos llegan tras ganar la semana pasada por cuatro a cero a su rival. Los otros también ganaron, aunque no de la misma manera. Sin encajar goles pero la distancia en el marcador fue la mitad. Ambos acudieron a sus citas como locales. Esta vez ejercerá esa función el Tottenham, que lo hará dos veces seguidas en White Hart Lane después de haber pasado sin usarlo más de 20 días.

Pelear hasta el final

Los Spurs deberían tener minada la moral. Cada jornada que pasa, la distancia con el Chelsea no merma. Es más, a veces se incrementa. Parece una tarea imposible la de alcanzar a sus vecinos. Por otra parte, la eliminación en dieciseisavos de la UEFA Europa League contra el Gent debió ser atronadora.

Pero parece que la moral de este club es infinita. El sueño es bonito y nada hará que bajen los brazos. Así lo demostraron contra el Stoke City.

Los Potters pagaron los platos rotos tan solo tres días después de la eliminación europea. El resultado que iluminaba el marcador indicaba una diferencia abismal, 4-0. El partido solo tuvo un color y eso que los Spurs anotaron todos sus goles en el primer tiempo. Fue tal el dominio que el relajado segundo tiempo no consiguió disimular la sangría que formaron los de Londres.

El mayor artífice de ello fue el ariete inglés, el dorsal número 10, el depredador del área, Harry Kane. Él no entiende de malas rachas. Solo se preocupa de marcar marcar y marcar. Metió tres de los cuatro goles.

El primero, un derechazo cruzado y raso desde una parte escorada del área. Se encuentra el balón y ¡pum! adentro. El segundo, una sensacional volea con la pierna izquierda desde fuera de la zona de penalti que pasa entre las piernas de su compañero, Wanyama. El último, gracias a la fortuna, ya que tras su tiro de falta directa rebotó en un miembro de la barrera colocada por Grant.

Lleva 17 goles en 21 partidos. Y no parece que se vaya detener ahí. El que fuera segundo máximo anotador en 2015 -21 goles- dos de penalti- y el máximo la campaña pasada -25 goles, cinco de penalti- aún dispone de 12 encuentros para incrementar sus registros.

Pero no solo entiende de perforar redes rivales él mismo, sino que ayuda a sus compañeros. Dele Alli cerró la cuenta, pero no hubiera sido posible sin el sensacional pase de la muerte que le dio Kane.

Se prevee que él y Vertonghen participen en la contienda tras las alarmas que saltaron tras su abandono inesperado del terreno de juego.

Seguir sumando

El Everton demuestra jornada tras jornada que se le da bien esto de jugar al fútbol. Los de Merseyside atraviesan una buena racha de nueve partidos en los que suman siempre algún punto. Nadie echa de menos la derrota por Goodison Park.

Van séptimos, los primeros después de los seis grandes que, a principio de la temporada, eran grandes candidatos a hacerse con el título: Chelsea, Arsenal, Tottenham, Manchester City, Manchester United y Liverpool. Si siguen así quizás logren echar de esa terna al United a sus enemigos acérrimos, los Reds.

Gran parte de culpa la tiene Romelu Lukaku. Si el Tottenham tiene a Kane, el Everton dispondrá de su bestia en el ataque. El belga, no está por detrás de su colega de ataque, también ha batido 17 veces a los guardametas a los que se ha enfrentado. Otra máquina que va directa a por la honra de ser el delantero más goleador de una de las competiciones más prestigiosas del planeta.

Que el marcador permanezca inamovible durante los 90 minutos no lo pronostican ni los peor informados.

Posibles onces