En un escenario inolvidable, acorde a la belleza que caracteriza a el país nativo de la Torre Eiffel, Museo del Louvre y el Campo de Elíseos, para un encuentro entre los dos máximos exponentes de la historia del balompié de esa país,  donde la pelota es utilizada como un pincel y el verde césped como un lienzo donde poder ilustrar una obra de arte.

Con un buen desempeño de Florian Thauvin, el Marseille superó con mucha solvencia en su juego al Saint-Éttiene en un duelo directo por los puestos de clasificación a competiciones europeos para la próxima temporada. Con doblete del extremo francés y otra anotación de Gomis, el equipo de Rudi García extiende el invicto seis partidos en el campeonato de liga.

Rudi García, como ya se ha convertido en rutina, siempre busca que sus equipos dominen el partido empleando proponer su estilo en el partido. Con la ausencia de Cabella, mantiene el 4-3-3 con Thauvin y Payet abiertos con las bandas pero apoyando mucho a los interiores en la generación de oportunidades de peligro. Por otro lado, Les Verts dirigidos por Chritophe Galtier alineó un 4-2-3-1 intentando presionar alto para neutralizar la salida limpia de la pelota y poder construir las jugadas en posiciones adelantadas del campo del Marseille.

Cátedra de Thauvin

En los primeros compases del partido, Saint-Étiene controló el partido por las bandas con las apariciones de Hammouna y Monnet-Paquet,  quienes inquietaban en demasía a los laterales locales,  pero no podían traspasar la barrera que se ubica entre marcar la diferencia en el juego y marcar la diferencia en el resultado. Por otro lado, Les Phocéens dependían de la asociación entre Thauvin y Payet para generar peligro y abastecer a Gomis de jugadas peligrosas, hasta que, el primero comenzó a adueñarse del partido con movimientos de desmarque.

El extremo francés parecía volar en el verde césped del Velodrome

Con la comodidad en el juego aparecieron los goles, con el desborde del volante izquierdo Morgan Sanson, máximo asistente de la Ligue One, quien centro hacía el punto penal donde aparecería a Thauvin, quien apareció dentro del área como un delantero. El conjunto local encontró en las bandas su vía principal para romper con el sistema defensivo de su rival,  pero sufría cuando el Saint-Ettiene utilizaba a sus laterales en proyección.

Sólo diez minutos despues, momento en el que el partido no tenía un dominador claro, Thauvin se movió desde la izquierda hasta el centro para combinarse con Dimitri Payet y con una espectacular visión de juego encontró a Gomis que, demostrando su capacidad técnica, definió cruzado dejando sin oportunidades a Ruffier. Una jugada construida por los mejores jugadores del conjunto de Rudi García, que terminó en un gol acorde a la belleza del Velodrome.  El 2-0, mentiroso por el desarrollo del partido, era un premio para el equipo más efectivo dentro de la cancha.

FOTO: OM
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Sin orden, Bienvenidas las individualidades

Con la ventaja en el marcador, el equipo de local no tomó riesgos y le cedieron la pelota al rival a los rivales mientras ellos descaban en el repliegue pero, como era de esperarse, es imposible contener a una bestia sedienta de triunfos. Y si, Otra vez Thauvin, con una jugada desequilibrante por la banda derecha, realizó una incisión en la zona posterior del Saint Ettiene y definió con mucha clase ante la salida de Ruffier, espectador VIP en los tres goles de los locales. El extremo francés parecía volar en el verde césped del Velodrome. En el pase del japonés Sakai, Thauvin parecía estar en fuera de juego.  Partido sentenciado para los de Rudi García, que supieron entender en qué momento del partido se tenía que hacer cada cosa.

Ante lo abultado del resultado, el equipo de Christophe Galtier decidió no salir a presionar y se rindió ante el control del rival. Después del 2-0, se desordenó y no tuvo remedio alguno para volver a encontrar el rendimiento de los primeros 20 minutos del partido, donde se mostró superior en varios pasajes. Sin respuesta ante sus rivales y su capacidad individual para marcar la diferencia. Solo en los minutos finales consiguieron inquietar al guardameta Pelle.

Con la salida de Thauvin, el partido perdió interés pero nunca la capacidad de sorprendernos y mucho menos cuando aparece Dimitri Payet en el campo. El extremo francés, después de una gran asistencia de Sanson, que también disputó un partidazo, definió dejando sin oportunidad al pobre Ruffier, que no pudo hacer nada en ninguno de los goles del Marseille. Un gol que ponía final al partido y  generaba la felicidad en los fanáticos locales, que presenciaron una exhibición futbolística espectacular.

Con este resultado, Olympique de Marseille se mantiene en la sexta posición de la tabla con 51 puntos en 33 partidos disputados y se mantiene al acecho del Girondins de Bordeux y del Olympique de Lyon por la lucha para entrar en la próxima UEFA Europa League. Por otra parte, el Saint-Etiene se aleja de esa pelea y se mantiene en la séptima posición con 45 unidades.