El Mónaco no quería despertar del sueño en el que llevaban toda la temporada. La Juventus, en la ida, empezó a convertir el sueño en pesadilla con un (0-2) que ponía las cosas muy complicadas a los franceses. La vuelta de las semifinales siguió el mismo guión, pese a que los de Jardim llegaban con la ilusión intacta de conseguir una remontada histórica; pero dicha remontada no se dio y sucedió lo más lógico, la Juventus estará en la final de la Uefa Champions League, en donde espera rival, que saldrá de la llave Atlético de Madrid-Real Madrid.

Maximo Allegri mandó a la cancha el mismo 3-6-1 que usó en la ida, utilizando una línea de tres bien definida conformada por Chiellini, Bonucci y Barzagli, Alex Sandro y Dani Alves eran en un principio los volantes al momento de atacar, pero a la hora de defender no tenían problemas en retroceder y a pasar a formar una línea de 5; Dani Alves se suele proyectar más que Alex Sandro, por lo que cuando el ex Barcelona estuviese volcado al ataque y Alex Sandro retrocediera, Barzagli pasaba a transformarse en un lateral derecho, y de esa forma la Juventus pasaba a usar linea de 4. En la mitad de la cancha, Khedira volvía a estar disponible y ocupaba la plaza de Marchisio, compartiendo el doble pivote con Pjanic, que hacía de organizador. En ofensiva, Mandžukić volvía a estar desplazado al sector derecho, pero internándose hacia adentro cuando era posible, mientras que Dybala hacía de segunda punta, pero abría por la izquierda con frecuencia, secundando de gran forma al delantero centro, a Gonzalo Higuain.

Leonardo Jardim respondía con un 3-4-1-2, que en un principio iba a ser su habitual 4-4-2, pero con la lesión en el calentamiento de Nabil Dirar, el técnico portugués tuvo que cambiar de esquema y dio ingreso a Mendy en desmedro del marroquí. La zaga quedaba compuesta por Jemerson, Glik y Raggi, éste último en un comienzo iba a ser el lateral derecho del equipo, pero con el cambio de esquema pasaba a ser el tercer central, la mitad de la cancha quedaba poblada en las bandas por Mendy y Sidibé, siendo el primero el lateral-volante izquierdo y el segundo pasaba con la lesión de Dirar de tener que jugar a la izquierda, a volver a la posición que ha utilizado durante gran parte de la temporada y se transformó en el lateral-volante por derecha; Moutinho aparecía por Fabinho en el once, buscando Jardim mayor profundidad, mayor claridad y más eficiencia en la salida del balón, Bakayoko acompañaba al portugués en el doble pivote. En el ataque, Bernardo Silva tuvo que centralizarse más que de costumbre y pasó a ocupar la plaza del creador del equipo, teniendo la misión de habilitar a los delanteros Mbappé y Falcao.

La Juventus aguantó con inteligencia

El Mónaco arrancó con fuerza. Foto: Zimbio.com.
El Mónaco arrancó con fuerza. Foto: Zimbio.com.

El inicio del encuentro fue tremendo, el Mónaco salió con todo en busca de remontar la llave, y sabía que tenía que marcar un gol desde el inicio para dejar contra las cuerdas a la Juventus. Los monegascos demostraban mucha intensidad, presionaban a la zaga local y por momentos lateralizaban el juego. Ya a los 4' avisaba Mbappé con un disparo que daba en el palo, y tres minutos más tarde Falcao remataba desviado. La insistencia de la visita casi tuvo su recompensa cuando Mbappé se desmarcó de gran forma, Buffon salió mal y el disparo acababa golpeando el travesaño. Pasaban los 10' del encuentro y el Mónaco estaba demostrando ganas, entrega y mucha determinación, generando cierto nerviosismo en una Juve que se complicaba aún más cuando Khedira salía lesionado y tenía que entrar Marchisio, quien fue el titular en el partido de ida precisamente por el alemán.

El Mónaco se apagó, la Juve lo aprovechó

Mandzukic abrió el marcador. Foto: Zimbio.com
Mandzukic abrió el marcador. Foto: Zimbio.com

Tras el gran comienzo del Mónaco, los de Jardim parecieron adormecerse, y la Juve despertaría y lo aprovecharía. Los de Allegri parecían estar confusos en un principio por el 3-4-1-2 inicial que propuso el Mónaco, pero su equipo, con toda la experiencia que posee en esta competición, lo asimiló, lo estudió y de a poco comenzaron a aprovechar los espacios que dejaban los monegascos, y se darían un festín con la línea de tres algo improvisada del equipo del Principado. La primera oportunidad de los locales llegaba a los 20', cuando Dybala recibía de espaldas y controlaba con la calidad que lo caracteriza, el ex Palermo cedía para un Higuain que se quedaba mano a mano ante Subasic, la picaba pero el polaco Glik la sacaba con lo justo antes de que el balón ingresara al arco.

Cinco minutos más tarde, era Higuain el que se desmarcaba y colocaba un buen pase para Mandžukić, pero el croata se encontraba con una gran intervención del croata Subasic, quien le negaba el gol con una muy buena mano. La Juventus creció de la nada, demostrando serenidad, madurez y categoría frente a un Mónaco trémulo, temeroso y algo titubeante en esos compases del juego; en la media hora del partido, Raggi se dejaba la vida salvando un disparo de Pjanic dentro del área, quien había recibido un pase nuevamente de un Dybala que ofrecía claridad, moviéndose en la mediapunta, por las bandas y hasta bajaba a la zona de los mediocampistas, generando juego y ofreciendo una opción más entre líneas.

El gol de la Juventus estaba al caer, y llegaría en el minuto 33'. Buffon iniciaba el contraataque, Sandro recorría con absoluta tranquilidad toda la banda izquierda, el ex Porto se la entregaba a Dybala, quien con la claridad que lo caracteriza la abría por el sector derecho, donde Dani Alves recibía y centraba para Mandžukić, quien cabeceaba y se encontraba con la respuesta de Subasic, pero en el rebote el croata sólo pudo ver cómo su compatriota la mandaba al fondo de las redes y ponía el 1-0, un 1-0 que parecía poner fin a la eliminatoria y que prácticamente decantaba la clasificación de la Juventus a la final de la Champions.

El Mónaco adelantó las líneas por obligación, y la Juventus agradeció eso, pues estaba muy bien constituida en la parte defensiva, en la mitad de la cancha Marchisio y Pjanic manejaban los tiempos con absoluta seguridad y claridad, y arriba Higuain, Dybala y Mandžukić le generaban muchos dolores de cabeza a la zaga monegasca. Así llegaría el 2-0, y el protagonista sería Dani Alves, quien en el minuto 44' aprovechaba un despeje de Subasic que el brasileño empalaba con una espectacular volea que se colaba en la portería visitante y que dejaba absolutamente K.O al Mónaco de Jardim al término de la primera mitad.

Un segundo tiempo tranquilo, Mbappé hace historia

Mbappé hizo historia. Foto: Zimbio.com.
Mbappé hizo historia. Foto: Zimbio.com.

La segunda parte comenzó un equipo que acariciaba la clasificación a la final y que ya se sentía en Cardiff, y con otro que intentaba hacer algo con más corazón que buen fútbol, con más desorden que orden; el Mónaco comenzaba a despertar de su sueño. En la otra vereda, Dybala recibió la ovación de la noche. El equipo prescindió de su mejor mago en unos minutos que fueron de trámite. El Mónaco no dio señales de vida después de los dos goles en el primer tiempo, y la Juventus adormeció el encuentro con la categoría que caracteriza al conjunto de Allegri.

Los bianconeros parecían estar más cerca del 3-0 que el Mónaco de un descuento, Mbappé lo intentaba, pero sin el éxito esperado. Eso hasta que a los 69' la joya francesa tuvo su premio; Moutinho condujo por la izquierda, llegó hasta la línea de fondo y mandaba un pase perfecto desde la izquierda que aprovechaba Mbappé para derrotar a Buffon, para marcarle el tercer gol que encaja el mítico portero en la presente Champions y para poner el 2-1, que a falta de 20' provocaba cierto nerviosismo en Turín. Mbappé se transforma en el jugador más joven que marca en unas semifinales de Champions tras anotar con 18 años y 140 días.

El descuento del Mónaco mató definitivamente el partido, y es que tras el 2-1, la Juventus se transformó en una muralla irrompible para el Mónaco, que quiso pero no pudo, ni con la habilidad de Bernardo Silva, ni con los constantes desbordes y buenos centros de Sidibé y de Mendy, ni tampoco con la claridad y el empuje que ofrecieron durante gran parte del encuentro Moutinho y Bakayoko. Mbappé ya había logrado marcarle a Buffon, pero se le notaba algo cansado, y su compañero en ofensiva Falcao fue sometido por una zaga bianconera que estuvo impasable.

En los últimos minutos del cotejo, apenas se jugó al fútbol, y se produjeron más acciones antideportivas que lujos, detalles o muestras de buen fútbol. La Juventus ya estaba clasificada a la final, y el Mónaco ya se encontraba eliminado, por lo que el partido en el final fue meramente un trámite que bien se pudo haber evitado. El local no quiso generarse más situaciones de gol, mientras que la visita simplemente no pudo crear más ocasiones.

El Mónaco se despide de esta Liga de Campeones con la cabeza bien alta, pues ha realizado una temporada espectacular, en todas las competiciones que ha disputado, y en Champions no ha sido la excepción. Sabían que no eran los candidatos para ganar la orejona, pero han llegado a semifinales tras pasar por la fase previa, tras superar uno de los grupos más parejos de la competición, tras eliminar al todopoderoso Manchester City de Guardiola en octavos y al siempre complicado Borussia Dortmund de Thomas Tuchel. Ya en las semifinales no ha podido ante una Juventus madura, inteligente y que cuenta con una plantila sumamente poderosa, y que de seguro le dará más de un dolor de cabeza al rival que tenga que enfrentar en Cardiff, ya sea el Atlético de Madrid o el Real de Zidane.