El Chelsea superó al Qarabag en el Olímpico de Bakú en un partido más plácido de lo que se podía esperar debido al nivel competitivo mostrado por los de Azerbaiyán a lo largo de la competición y, en especial, en el doble duelo ante el Atlético de Madrid. El encuentro quedó pronto marcado por la expulsión de Sadygov y los locales no supieron responder a tal revés.
El conjunto londinense empezó mandando. Prueba de ello fue que tras tres minutos de encuentro Fábregas probó suerte con un disparo desde la frontal que detuvo Sehic. Pero el Qarabag no tardó en sacudirse la presión inicial de su oponente y empezó a controlar el balón y prodigarse en ataque.
Alrededor del cuarto de hora de juego, llegó la ocasión más clara para los azeríes. Michel recogió un balón dentro del área tras una buena acción de Guerrier y su disparo se estrelló en el palo.
El conjunto de Gurban Gurbanov se encontraba cómodo sobre el verde hasta que llegó la jugada decisiva del partido. Willian se internaba solo en el área pero un leve agarrón del capitán Sadygov, terminó en penalty y con el central del Qarabag expulsado. Por tercer partido consecutivo, los azeríes se veían con un hombre menos. Los jugadores locales, ante la decisión arbitral, amagaron con irse del campo pero finalmente su entrenador les convenció de no hacerlo.
La pena máxima la transformó Hazard. A partir de entonces, el Chelsea se adueñó del partido. Los de Antonio Conte vieron como su rival se replegó atrás para minimizar daños y salir rápido aprovechando la velocidad de Dino Ndlovu. Sin embargo, en el minuto 35 Hazard y Willian consiguieron romper el sistema defensivo del Qarabag con una jugada de gran calidad. El brasileño jugó una pared con el belga, éste le devolvió el balón de tacón y Willian definió a placer solo ante el portero.
Era el 0-2 y el punto y final del partido. El Qarabag, con un hombre menos no supo reaccionar y el Chelsea tuvo un segundo tiempo muy plácido.
Los blues fueron dueños y señores de todo el segundo tiempo. Controlaron la posesión y las ocasiones. Sin forzar la máquina, el Chelsea creó peligro. En el minuto 70 llegaría otra polémica. El colegiado portugués De Sousa señaló una segunda pena máxima por un agarrón de Medvedev sobre Willian. Viendo la repetición, ni la infracción es persistente y ni siquiera es dentro del área por lo que la decisión del árbitro parece discutible.
El penalty se encargó de materializarlo, a la segunda porque hubo que repetir, Cesc Fábregas. Cerraría la noche y el marcador Willian, estrella indiscutible del partido. El extremo brasileño recibió en tres cuartos de campo un balón de Pedro, avanzó y desde la media luna del área sacó un latigazo ante el que nada pudo hacer Sehic.
El Chelsea ganó el partido cómodamente y certificó su pase a octavos. Todavía queda saber si como primero o como segundo, pero los de Conte se suman al buen hacer del fútbol inglés esta temporada que ya asegura a cuatro de sus cinco participantes en la siguiente ronda.