Sassuolo y Bari se enfrentaban en Módena en una eliminatoria más equilibrada de lo que las aspiraciones de ambos equipos debían marcar al principio de la temporada.

Las sensaciones siguen sin acompañar

Tras un arranque de temporada cuanto menos irregular, el Sassuolo llegaba a esta eliminatoria de Coppa en una situación convulsa tras el despido de su entrenador, Cristian Bucchi, hace apenas dos días, y el posterior anuncio de Giuseppe Iachini como su sustituto. La pobre situación en la tabla del conjunto germiniani provocó esta situación, algo que le hacía llegar con muchas dudas a este encuentro frente a un rival en una situación totalmente opuesta. El Bari aterrizaba en Módena con la ilusión de continuar su gran dinámica y avanzar de ronda en el Mapei Stadium.

En este contexto, a pesar de enfrentarse un equipo de Serie A frente a otro de Serie B, el partido discurrió tan igualado como cabría esperar dadas las dinámicas actuales. Sin demasiado brillo en el juego ni sumando muchas ocasiones, los locales conseguían llegar con ventaja en el marcador tras una rápida transición ofensiva que permitió a Falcinelli plantarse solo frente a De Lucia y definir de manera muy sutil picando el balón por encima del meta italiano. Pocas cosas trascendentes ocurrieron en la primera mitad más allá del gol, y es que la cantidad de jugadores suplentes que ambos equipos alinearon sobre el césped dejaban a las claras la falta de ritmo en un encuentro bastante apagado.

Un auténtico misil como pase para octavos

La segunda mitad siguió prácticamente el mismo guión que la primera, aunque con un Bari más atrevido y predispuesto a atacar. El equipo de Fabio Grosso adelantó líneas y metió en apuros a una defensa del Sassuolo que terminó cometiendo un inocente penalti tras una mano clara de Sensi. Nené aprovechó esta ocasión y definió con un auténtico trallazo imparable que dejó inmóvil a Pegolo. Sin embargo no fue el único misil teledirigido que pudimos ver en este encuentro.

En la última jugada del encuentro, tras un córner frustrado y que parecía no tener un desenlace claro, Politano metió un zapatazo a unos cinco metros de la esquina derecha del área para cruzar el balón directo a la escuadra haciendo inútil la estirada de De Lucia. Un auténtico golazo que seguro aparecerá como destacado en todos los resúmenes de la Coppa de Italia. Un gol que quizás no hacía justicia del todo a un partido que parecía avocado totalmente al empate, sin demasiadas ocasiones y muy equilibrado en el dominio. Posiblemente los líderes de la Serie B se fueron disgustados de la región de Emilia Romagna, pero a veces, con un simple chispazo como éste, el fútbol cae del lado del más grande.

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Sobre el autor
Dani Souto
Journalism. Economist. Writer on VAVEL Serie A and co-founder of Balón en Profundidad. Periodismo deportivo. Economista de formación. Redactor en VAVEL Serie A y director de Balón en Profundidad.